Así como el Comandante Daniel «El Masacrador de Niños» Ortega tiene a sus tontos útiles del Imperio para que le hagan propaganda baratita, la semana pasada el Camarada Putin se buscó su respectivo impulsador de supermercado para lanzar una nueva promoción, de Rusia con amor.
Pero Putin no es Masacrín. O como dirían en mi pueblo, a como es el tierno es el juguete. Daniel Ortega podrá ser más rico que mi tío Carlos Pellas, pero Putin es uno de los hombres más ricos del mundo. No hay comparación.
Mientras Daniel Ortega con costo ajusta para traer a los curtidos de Grayzone, Putin se dio el lujo de «invitar» al mero Tucker Carlson, el comentarista político que hasta hace muy poco dominaba los ratings de la televisión estadounidense. Claro, lo agarró en promoción, después que lo corrieron de Fox News (por ser tóxico y vulgarear a Trump). Ahora es un Youtuber más, como todos los periodistas de Nicaragua.
A Tucker Carlson le pasaron el mismo guion de los de Grayzone
Como un estudiante del círculo de honor de UNEN, los dictadores simplemente copian lo que el otro está haciendo. Eso explica cómo Tucker Carlson terminó haciendo las mismas preguntas bolita pasada que hacen los de Grayzone en Nicaragua o Venezuela. Si Max Blumenthal fue a un supermercado en Venezuela para demostrar que «todo está bien».
Tucker también tuvo que ir a un supermercado en Rusia a dar su bailadita indigna con un pal de molde.
Y no vamos a mencionar las joyas que soltó Putin en la entrevista, mientras Tucker se reía como chavalito de 11 años viendo el programa de Xuxa por primera vez (los 90 fueron una década de mucha estimulación visual). Te la resumo así: la Segunda Guerra Mundial fue culpa de Polonia.
Pero mal paga el diablo
Si hay algo en que podemos confiar, es que animales como Daniel Ortega o Putin, siempre van a maltratar hasta a los más arrastrados. Es como el cuento del escorpión. Así como los de Grayzone terminaron mal en Nicaragua, a Tucker le dedicaron esta postal:
Algo me dice que Putin ya tenía planeado el asesinato del opositor Alexei Navalny y quería que Tucker le sirviera de cortina.
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