Una de las ventajas de no ser república es que si te llevas bien con el patrón de la finca (reino batracio), podes gozar de inmunidad ante la ley. Es más, si tu pegazon con el jefe es nivel Parásito Navarro, podes hasta poner leyes a tu medida. Sí, es cierto, preguntale al COSEP, ellos saben.
Nosotros lo vemos normal, pero en otros países, los magistrados y los diputados no son tipo «la criada» en las novelas de Televisa de los 80. Teóricamente ellos deberían ser lo opuesto a lo que son en Nicaragua. Deberían ser el contrapeso y el balance que mantiene honesto al presidente. Así de largo estamos del huacal.
Pero como dije, así son las repúblicas y Nicaragua, como todos sabemos, no es una de esas. Nuestro estatus actual podría definirse así: somos un país bajo ocupación del reino batracio de Daniel «El Masacrador de niños» Ortega Primero.
Oe y entonces ¿Ese montón de abogados?
Hermano, y no ves que hasta yo soy abogado. Sí hoombre, saqué la carrera en una de las más prestigiosas universidades de Nicaragua y con toda autoridad puedo decirte que eso no sirve para nada. Hasta a mi diploma de secundaria le tengo más cariño, tal vez porque me costó más.
Lo más pior (hablando como legislador) es que todos los años salen como 1000 abogados más. Anda preguntale a Payo Solís (Capitan Obvio por las noches) si las chanchadas que hizo para Masacrín son parte del pensum de la carrera. O mejor, preguntale a Edwin «Tengo sueño» Castro, él es profesor de derecho e ingeniero.
Disculpe ¿Esta no era una nota sobre los Taxis?
Calmate, ya voy a llegar a eso. Primero hablemos de los toma-tierras. Si la piñata de los 90 fuera persona, el toma-tierrismo sería su primo pobre. ¿Vos sabes que las leyes, el Estado y todas esas cosas modernas que en Nicaragua nunca hemos tenido fueron creadas para cuidar la propiedad privada? Ah no, pues Masacrín inventó una versión al revés que sirve para robarse la propiedad privada. O sea que las leyes, en vez de proteger, sirven para quitar.
Así llegamos al controversial tema de los taxis.
¿Qué pasa con los taxis en Nicaragua?
Nada, en realidad el clavo es con la mafia del IRTRAMMA, el Ministerio de Transporte, la Policía Sandinista y resto del reino batracio. Todos cierran filas para evitar que en Nicaragua las aplicaciones tipo Uber.
Decía un experto en temas de transporte y muchas cosas más, allá en el 2017 sobre la llegada de Uber a Nicaragua:
Es bonito soñar, pero les tengo 2 palabras que hacen imposible que algo así venga a Nicaragua: Parrales y Vallejos. Eso sumado a los adoquines que tenemos estrategicamente posicionados por toda la capital, hacen que el pobre Uber no tenga la más mínima oportunidad.
Otras aplicaciones más curtidas que Uber, se han logrado meter como la pobreza: Ray, Aventón y una nueva que fue la que puso chiva al batracio de IRTRAMMA. Pero apenas agarraron algo de fuerza, ya salió la mafia a pararlos en seco, para proteger a los compañeros taxistas.
Dicen lo batracios de la mafia protectora de taxis, que ellos tienen las mejores intenciones, al querer bloquear el uso de las aplicaciones tipo Uber. Pues, no son igual de seguras y limpias como los taxis. Si pueden aguantar la respiración por 10 minutos, aquí está el video:
Pues sí, tiene razón el sapito de IRTRAMMA. Es precisamente porque son todo lo contrario a un taxi, que la gente prefiere usar las aplicaciones.
No necesitan mentir
Lo que no entiendo es por qué se ponen a inventar razones, si todos en Nicaragua sabemos que en el reino batracio ley es lo que a Masacrín le ronca. Mientras él siga siendo el patrón de la finca, los taxis van a estar protegidos de las aplicaciones y de las leyes y del aseo.
Como todo en Nicaragua, vamos a tener que esperar que Daniel Ortega se vaya a Cuba, para poder conocer la civilización. Lo bueno es que al igual que en el resto del mundo donde ha llegado Uber, una vez se puedan usar las tales aplicaciones, ya nadie va a volver a lidiar con esos taxistas batracios.
Nota obligatoria: estamos claros que no todos los taxis son batracios, violadores, ladrones y desaseados. Hace unos días, de hecho, publicamos una confesión de un taxista que nos cayó muy bien. Así que no suden calenturas ajenas, esto es dirigido a los mimados de la revolución.
La última vez que tomé un taxi, casi me da un infarto. El tipo se metió por unos recovecos, que solo el hecho de que iba la familia completa me dio certeza de que no podría hacer nada o mucho contra todos. Si he ido solo, hubiera necesitado un pamper. Para nunca más.
Más del 70% de los parrales estamos contra masacrin y como el 20% no somos sandirata
Y cual es la otra aplicación que los puso como viejas locas