Yo no se ustedes, pero yo estoy por dejar de salir con los broderes. Y no es porque ya no me caigan bien, a unos cuantos todavía los soporto. Más bien es porque sale lo mismo ir a un lugar, tragándose todo el tráfico y aguantándome todo el calor, que hablarles por WhatsApp desde la casa.
De todos modos los majes pasan con la cabeza para abajo, viendo el bendito teléfono. Leyendo los mensajes en WhatsApp de los majes que no llegaron, hablándole más a esos majes que a los que tienen enfrente y si acaso alguna vez levantan la cabeza es para tomarse una selfie y mandarla al grupo.
WTF?!
Conste que no estoy especificando mujer u hombre, esto es parejo. Y tampoco es un problema de edad. Si vas a cualquier parque de Managua (ahora que hay muchos gracias a la Vice Rosario que nos quiere mucho), vas a ver a todos los padres, abuelos o nanas pegados al celular, mientras los chatelitos plan sálvese quien pueda.
Por algo los proveedores de Internet (los majes que hacen reales vendiendo Internet) sacaron este video:
Mi mama, broder. Mi madre que me parió. Que me reclama cada vez que me ve porque no la visito. Termina de regañarme porque no le dedico tiempo y juaz, saca el celular para ver si ya hay mensajes nuevos en WhatsApp.
Es una epidemia que se tiene que acabar.
Bueno, excepto para los que trabajamos en Internet. A esa gente se le comprende, no lo hacen por diversión es trabajo. Así que a mi no me quiten el teléfono, lo mio es responsabilidad y esas cosas.
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