Ya me ha pasado. Compro condones (de los caros) y al ratito me llaman para decirme que por razones «ajenas a su voluntad» ya no hay cita.
¿Qué haces en esos casos? Nada, irte a tu casa y bañarte con el agua helada del lavandero. Vos sabes, para bajar la sorpresa.
Este maje, por otro lado, hizo algo que nunca se me ha ocurrido. Se fue a la gasolinera a pedir un reembolso y como al parecer tiene el super poder de ser «sin-verguenza» dió la razón (y la cajera la apuntó en la factura): «le cancelaron la cita».
La cereza encima de todo: los condones eran ultra delgados.
Ahora ya saben, cuando los acusen de ser el maje más sin-verguenza del mundo, mandenles este link.
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