Ya a estas alturas del partido, todo mundo se dio por enterado de las nuevas candidaturas propuestas por la «oposición» de nuestro país. Para presidente, el señor de 60 años ex-contra Oscar Sobalvarro, quien sabemos estudió hasta 4to grado de primaria y para vicepresidente, la joven Berenice Quezada de 27 años, quien cursó estudios universitarios en Administración turística y hotelera y fue Miss Nicaragua 2017.
Ya sabemos que no estamos en condiciones para ser tan exigentes. Obviamente lo ideal sería tener políticos de carrera que supieran de antemano qué chochadas se hacen en un puesto así. Digamos licenciados, másters o doctores en ciencias políticas o similares. Sería perfecto, para darle gusto a ese medio mundo que guarda resentimientos, como mi gata guarda su caca, que fueran personas con un pasado impoluto y una reputación incólume. Alguien perfecto que nunca en su vida haya cometido una equivocación, o que en el calor de su juventud no haya tomado una decisión cuestionable.
Alguien que nunca le haya hecho barra, ni desde su casa, al dictador presente y pasado. O al anterior a este, o al anterior a ese. Que además esté en el rango de edad aceptado, para no estar «de salida» o no ser «culicagado». Sería ideal. Pero no está la cosa para tanto ideal, ya que actualmente no estar preso ni exiliado, ya es un requisito duro de cumplir. Milagro si estos dos llegan libres a noviembre.
En Nicaragua buscamos vigas en el ojo ajeno
Francamente, para ser un país que no ha atinado casi ni una desde su independencia (son 200 años de canteada tras canteada), que con elecciones democráticas o sin ellas ha demostrado seguir cambiando oro por espejitos y que no tiene una sola generación viva que no haya vivido en una o más dictaduras, somos bastante fregados a la hora de buscarle vigas en los ojos a la gente. No se nos halla el hoyo, por decirlo coloquialmente. Pero yo prometí hablar de sexo, específicamente.
Hablemos de sexo pues. Estas son las características biológicas que definen si sos hombre o mujer. ¿Y qué tiene que ver esto, con nuestro circo particular? ¿Qué me movió a abordar este tema?
Pues justamente la reciente fórmula presidencial, pero sobre todo, los comentarios hacia la fórmula que tuve la desgracia de leer.
Veamos, hubo entre los comentarios, mucha crítica hacia el pasado de Miss de Berenice, como que eso la descalificara automáticamente ¿es en serio? Analizate esa y date cuenta de lo que están diciendo.
Tuve un profe que decía que las mujeres o eran bonitas o eran inteligentes. Era un tipo despreciable y repugnante que todos consideramos un patán. En mis tiernos 22 años, era la primera vez que me topaba con semejante afirmación y pensé que era producto de su miserable crianza y asuntos maternos no resueltos, pero que equivocada estaba.
Hoy, más de una década después, he visto que seguimos encontrando afirmaciones de este tipo. Solapadas o directas, esta parece ser una opinión más frecuente de lo que parece, insinuada por hombre y mujeres por igual.
Cosas como que «ni siquiera debe saber cuáles son los poderes del Estado», basados en la «evidencia» de que publica fotos bonitas en Instagram. O que si en 2017 (cuando Managua era un bosque de coloridos chayopalos), ella tuvo la osadía de desfilar para «Nicaragua desgreña», o si le dio «laiks» a las publicaciones de sapos menores y mayores. Que si apoyó al régimen dictatorial en el pasado, que es «solo una influencer». Pero bien que la siguen. Hasta los positivos, dijeron que «al menos es bonita, no como la bruja». ¿Es en serio, Nicaragua del 2021?
Veamos, están criticando a una joven de 27 años, por cosas que hizo al inicio de sus 20’s, en una realidad y contextos completamente diferentes. No la veo en kupia kumi con los dictadores hoy. No la veo de uña y mugre con los guarasapos de los hijos de ORMU hoy. Ni después de 2018.
No veo a nadie mencionando que es una profesional que se mantiene sola y que a pesar de no haber nacido en cuna de oro, llegó a la universidad. Sobre todo, no veo a nadie mencionar que a pesar de ser universitaria, va de vicepresidente de un señor que no terminó la primaria. ¡Ah! Pero el señor que no terminó la primaria es hombre.
Ser mujer no es fácil. Especialmente en Nicaragua
Recuerdo cómo se nos hinchó el pecho cuando Lesther Alemán les dijo cuatro verdades a los dictadores y lo fácil que fue descartar, que él al igual que MILES de los que protestaron y se levantaron del sopor en 2018, habían apoyado en algún momento al régimen. Pero Lesther es hombre (y no es crítica al chavalo, su privilegio masculino no es su culpa).
No es novedad, la triste realidad, de que a las mujeres no se nos trata igual, no tenemos las mismas oportunidades y se nos escudriña con más saña que a los hombres. Para valorarnos se ocupan otros parámetros, que en ellos ni se toman en cuenta. Pero no por ser algo habitual, significa que sea una costumbre menos despreciable. En especial cuando lo hacen otras mujeres.
Recuerdo a una ex jefa diciéndonos con amargura a las mujeres a su cargo, que por ser mujeres íbamos a tener que trabajar el doble para que se nos reconociera la mitad del trabajo. Lo decía con un falso espíritu de sororidad, ya que a la hora de exigir, ella nos exigía el triple que a nuestros compañeros hombres y no perdía la oportunidad de serrucharnos el piso. Cosas veredes Sancho amigo.
De momento, no tengo nada que decir de Berenice, ni a favor ni en contra, porque no la conozco, no sé cómo se desempeña en su trabajo actual, y lo que veo es lo público y lo que dice Wikipedia. Pero si pongo lado a lado las preparaciones académicas de ambos candidatos, creo que las candidaturas estarían al revés, sin importar si son de sexo masculino femenino, ni mucho menos, el género con el que se identifiquen.
Y sí, la preparación académica importa. Importa en cualquier trabajo serio, así que ¿cómo no va a importar en uno de los puestos de mayor responsabilidad de nuestro país? Fíjense que hay más requisitos académicos para trabajar contestando teléfonos, que para ser candidato presidencial en este paisito.
Pero en fin.
Mi crítica, va principalmente a los criticones: o acabamos a todos por igual o perdonamos a todos por igual, pero avancemos finalmente al siglo 21 y dejemos de expurgar o perdonar a la gente, basado en lo que tienen entre las piernas y comencemos a ver lo que tienen entre las orejas.
Date cuenta Nicaragua, date cuenta.
Me encantó tu articulo, María Gabriela. Es una pena que nuestro país se encuentre a años luz de la civilización. Y en temas de derechos humano y genero, ni se diga. Mi propia madre hace años como una crítica me dijo «sos demasiado moderna para mi gusto». Y es que al nicaragüense promedio, le cuesta modernizarse, nos cuesta ser lanzados y probar cosas nuevas, cuesta aceptar el cambio. En palabras de mucha gente «es mejor lo viejo conocido que lo nuevo por conocer», y es por esa misma razón que Daniel Ortega sigue en el poder. Le decís a la gente de votar y te contestan que: «¿Para qué, si no hay nadie por quien botar?». Todo el que iba saliendo le encontraban un defecto o tenían algo que señalar para desacreditar sus intenciones. A este punto, si el mismo Jesucristo bajara del cielo y se presenta como candidato, le vamos a reclamar que porqué no vino antes y que sus prioridades no están en el lugar correcto.
Y con lo que hemos quedado, el Bachi terminó la secundaria, y este señor, ni la primaria. ¿A donde iremos a parar?
Votar*
Pues sí, 3l clavo mi estimada es que yo igual quise defender su candidatura por ser mujer y por ser joven, excelente!, Pero después un amigo me contó que si la conoce y me afirma que le cuadraciclo la Word testaferretion. A estas alturas hay que desconfiar de todos, esperemos que sea todo lo contrario a lo que ahorita pensamos 🤜
Buen artículo, pero creo que esta vez me la voy a tirar a la cara y sol, pues mi candidato está en el chopo, y yo creia que x ultimo podrian candidatear al Chirizo, que hubiera sido excelente. Que sea lo que Dios quiera, ¡Dios, no Dos!