De Nicaragua se han ido: estudiantes, campesinos, ciudadanos que simplemente marcharon o ayudaron con comida a los que estaban en las universidades tomadas, monimboseños, diriambinos, managüenses, políticos, empresarios, abogados, periodistas, médicos, personas que trabajan en derechos humanos, majes que escriben en Bacanalnica, opinadores que aparecen en programas donde se habla de política… en fin, de Nicaragua se han ido fácil, unos 150 mil desde el 2018. Ve ¿pero sabes quiénes no se van? Los padrecitos.
Como será, que uno de los pocos sacerdotes que está fuera, el Padre (Silvio) Baez, casi que lo tuvieron que sacar amarrado porque no se quería ir. Y cuando lo mandaron a Roma, él rapidito buscó cómo quedar más cerca de Nicaragua y ahora está en Miami, dando misa y de paso denunciando los crímenes de lesa humanidad que realiza Daniel «El Masacrador de niños» Ortega de forma cotidiana.
Ustedes saben que yo soy ateo (lo siento mama), pero si a alguien le he agarrado en puchica cariño en estos años, es a los padres. Ahorita el COVID está arrasando en Nicaragua, pero los padrecitos ahí están, apoyando a la gente, aunque sea espiritualmente.
El Padre Álvarez dijo la semana pasada que eran tendalada de muertos los que estaba dejando el COVID en Nicaragua.
Todos estamos participando de este dolor, aunque no tengamos un familiar directamente con el COVID-19, pero es la sociedad, es el mundo que está siendo azotado por una pandemia, por un virus que está dejando tendalada de muertos en el mundo, en Nicaragua está dejando tendalada de muertos, miles de fallecidos, miles de enfermos
Monseñor Rolando Álvarez, obispo de la diócesis de Matagalpa (19 de agosto 2021)
Y dentro de la Iglesia lo han sentido en carne propia, 13 padrecitos han muerto de COVID. Muy a dolor de su alma, el jefe de jefes, el Padre Polito mandó a «evitar actividades que aglomeren personas» y a «limitar la duración y el número de participantes en los actos litúrgicos y pastorales». Algo que también debería hacer el Estado de Nicaragua, pero que (como todos sabemos), no hacen porque a Daniel Ortega le vale que se palmen sus batracios.
De hecho, es universalmente conocido que los sandinistas promueven el molote. Hay varios «reportajes» de esos que hacen los noticieros para reírse disimuladamente de las costumbres primitivas y ridículas de otros países, dedicados a las estupideces que hace Masacrín en Nicaragua para «lidiar» con la pandemia. Al suave estos sandinistas nos están dando fama mundial de ser caballos. Somos el UNEN del mundo ahora.
Daniel Ortega dice que los sacerdotes son hijos del diablo
Por esas cosas (y muchas más), es que Daniel Ortega y su Vieja Arrimada han apuntado todos sus cañones hacia los Padrecitos, llamándolos «hijos del demonio» en su último discurso podcast sobre la guerra fría (dónde él cree que es el protagonista).
Pero aún así, no se van. Los Padrecitos saben que son los únicos que quedan en Nicaragua (como grupo organizado) y que por eso los sandinistas les van a caer como en pandilla. Pero no se van. Al contrario, hace un par de semanas publicaron un valiente comunicado donde dicen que con la cancelación de CxL, ¿ya elecciones para qué? En pleno 2021, nadie más se atreve a decirle esas verdades en la cara a Daniel Ortega, estando dentro de Nicaragua.
Mi admiración se combina con ansiedad y miedo por estos señores. Siento que un día de estos, Masacrín va a perder la vergüenza y va a secuestrar al primer padrecito. Y que después de ese, va con la piña de mamón, como hizo con todos los otros grupos de nicaragüenses que actualmente tiene secuestrados en el Chipote.
Entiendo y agradezco lo que los padrecitos hacen. Ojalá no les pase nada. Y ya que no puedo hacer mucho por defenderlos, pues voy a donar mi almuerzo para ayudarlos a sostener la Radio Católica y el Canal Católico, pues hace unos días dijeron que estaban teniendo complicaciones económicas con sus medios.
Las cuentas en el BAC son:
- 360298020 (córdobas)
- 360297956 (dólares)
Ambas cuentas a nombre de Radio Catolica de Nicaragua. Seamos francos, a vos, tanto como a mi, nos vendría bien comer salteado de vez en cuando.
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