Ayer que hicimos el podcast de Bacanalnica con Berta Valle (recomendado por cierto), dije que casi todos los invitados que hemos tenido en dicho Podcast (que aun residen en Nicaragua), han sido secuestrados por Daniel «El Masacrador de niños» Ortega y su Policía Sandinista. Pues bien, después de la noche de ayer, ya no necesito poner el «casi». Todos los invitados, pasados (y futuros) están presos. Así de inverosímil es la situación en Nicaragua.
El domingo se llevaron a mi tío Miguel Mora y ayer, en la noche le cayeron a mi primo Miguel Mendoza. Este fue su último tweet en libertad:
En el 2019, cuando yo salí huyendo de Nicaragua, hablé con Miguel sobre la posibilidad de irnos. Él me dijo que se quedaba. Yo, que sufro cuando me ponen inyección, intuí que las torturas revolucionarias del Chipote iban a ser demasiado para mi.
Al tío Carlos Fernando solo no se lo llevaron, porque no estaba en su casa cuando la llegaron a «allanar». Pongo allanar entre comillas, porque difícilmente se podría categorizar como allanamiento lo que hace la Policía Sandinista, pues todos los requisitos legales, Daniel Ortega se los pasa por las costras dentales de la Vieja Arrimada.
O sea que la Policía Sandinista, en realidad anda cometiendo delitos. Robando, secuestrando e intentando violar (siguiendo el glorioso ejemplo del Comandante Daniel). Ah ¿no sabían? En el «allanamiento» a la casa de Humberto Belli, un Policía encubierto, le sacó su órgano reproductor batracio a la hija de Belli. Entiendo que lo hizo mientras gritaba, «por la senda del Comandante Daniel». Aunque eso tengo que confirmarlo todavía.
Pero aunque no lo crean, esto que sucede hoy, es muy diferente a las acciones de la Policía Sandinista en el 2018, cuando también asesinaban y torturaban. O sea que … y me duele aceptarlo … la Policía Sandinista está mejor hoy, que hace 3 años. Veamos los numeritos que a menos que tu nombre sea Raúl y tu apellido Obregón, no mienten.
Numeros hablan a favor de la Policía Sandinista del 2021
En el 2018, la policía asesinó a más de 300 ciudadanos (según cifras oficiales de la CIDH). También secuestró a lo descosido (como ahora), solo que a veces los llevaban a lugares diferentes al Chipote, para hacerles cosas muy revolucionarias. Marcos Novoa, que pudo escapar, cuenta su experiencia:
Otros no pudieron escapar (la mayoría) y se convirtieron en uno más de los 300 y pico.
Policía Sandinista experta en masacrar niños
De todas las gestas heroicas que cometió la Policía Sandinista en el 2018 para cumplirle al Comandante Daniel, las que más recordamos sin duda, son las que tuvieron como resultado niños asesinados. Empezando por Alvarito Conrado, que lo empezaron a matar los Paramilitares (Policías Sandinistas Voluntarios, según Masacrín) al dispararle a matar y lo terminaron los doctores batracios del Ministerio de Salud, al negarle la atención médica. Teyler Lorio por otro lado, fue todo obra de los Policías Sandinistas.
En el operativo de la Carlos Marx (que acaba de cumplir 3 años), vimos por primera vez cómo la Policía Sandinista está muy bien entrenada para cumplir cualquier misión que la revolución y el Comandante le ordene. En este caso, la misión era eliminar a todos los miembros de una familia, incluyendo a un par de tiernos.
Los policías sandinistas le cumplieron al Comandante Daniel, pues no solo quemaron la casa y evitaron que la familia saliera. También corrieron a punta de balazos a los bomberos voluntarios que llegaron a tratar de apagar las llamas. La familia completa (exceptuando 2 personas que lograron escapar) murió calcinada. Los que lograron escapar, fueron eventualmente secuestrados y torturados, hasta que se retractaron de la denuncia que habían hecho contra la Policía. No importa, hay de sobra videos como el de arriba.
Una mejoría sin importancia
Pues bien, a como pueden apreciar, la Policía Sandinista del 2018 era mucho más sanguinaria que la Policía Sandinista del 2021. Lo cual no es ningún consuelo para los que están presos actualmente en el Chipote 2. Así como no es consuelo para las víctimas del 2018, pensar que la Policía Sandinista de los años 80 era peor.
Es como cuando te matan de 10 balazos, que te maten de 2, no hace mucha diferencia para vos. El resultado es el mismo: vos muerto y una dictadura criminal en Nicaragua.
Sobre todo porque la diferencia radica más en una cuestión circunstancial. Si ahorita en Nicaragua hubieran las manifestaciones masivas que tuvimos en el 2018, más los tranques, tomas de universidades y demás formas de protesta, no se enreden, la Policía Sandinista estaría llenando camiones y camiones de cuerpos golpistas. O sea que esta mejoría estadística es más por falta de oportunidad, que otra cosa.
Ni la Guardia Nacional era tan maldita
La Prensa ayer publicó un reportaje llamado «Por qué Ortega, con sus últimas acciones, ya superó las tácticas represivas de Somoza, según analistas». En él, don Luis Sánchez Sancho relata cómo ser perseguido y reprimido por la Guardia Nacional era más relax que ser perseguido por la Policía Sandinista. Eso no es noticia. Ya todos sabemos que Daniel Ortega hace ver a Somoza como un ser humano con problemas, pero ser humano. Es como cuando los no tan guapos, salen al bacanal con un amigo bien feo. El contraste les favorece.
Así que a los señores de más edad, que siempre me tratan de contar sobre lo maldito que era Somoza, no se molesten, yo conozco bestias más peligrosas. ¿La Guardia Nacional era sanguinaria? No me digas ¿Cuántos niños mató?
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