Cada vez que hablo con alguien mayor que yo, alguien que vivió la época del último Somoza, llegamos a la conclusión que Daniel «El Masacrador de niños» Ortega es tan nefasto, que hace ver al General como un ser humano compasivo. Gran proeza, si tomamos en cuenta que ese Somoza es de los dictadores más sanguinarios que ha tenido Nicaragua.
Pero es que Masacrín es especial. Me contaban hace unos días, alguien que conoció las condiciones en las que Ortega estuvo preso, que lo dejaban recibir visitas periódicamente. Le permitían además tener abogado. Hablar con los otros presos, tener una sábana para dormir. Vos sabes, derechos básicos que tenemos todos los seres humanos.
Los presos políticos de Nicaragua no son seres humanos
Los más de 170 presos políticos que se están pudriendo hoy en día en el Chipote 2, no tienen nada de lo que tuvo Ortega. No se ha muerto nadie de hipotermia solo porque en Nicaragua no hace frío de verdad. Pero no hay uno que no esté peor de salud hoy, que cuando entró a la cárcel. Algunos han sido hospitalizados, sin avisarle a sus familiares.
Nadie (que no sea batracio) sabe a ciencia cierta todo lo que esos presos políticos han sufrido y siguen sufriendo. El Gobierno de Ortega administra la información como que fuera papel higiénico en los años 80.
Hace unos días filtraron que a Ana Margarita Vijil la habían golpeado en el calabozo donde la tienen secuestrada. La familia, que no tiene manera de comprobarlo, creyó lo que les dijeron e hizo pública la denuncia. Varios medios hicimos nuestro papel de amplificadores. Todo a ciegas, limitandonos a pedir que la muestren para comprobar si era cierto. Eso en derecho se llama habeas corpus, y existe desde hace uuuuhhhhhh… imaginate que se usaba en la edad media.
La justicia de Daniel Ortega precede a la Edad Media
Pero no, a Daniel Ortega los derechos humanos le parecen una modernidad incómoda que mejor opta por ignorar. Desde el inicio de los secuestros el año pasado, solo 5 visitas ha permitido. Cuando digo que las podes contar con los dedos de una mano, estoy siendo literal.
Ninguno de los presos políticos puede tener su propio abogado. Para evitar controversias (y diversionismo político), les asignan un compañero sandinista que no atrasa mucho. De hecho uno de los presos políticos es precisamente un abogado que Felix Maradiaga había contratado. Iluso, creía que la justicia sandinista era igual a la justicia universal del mundo moderno.
Más edad media: los juicios deben ser públicos, ninguno lo ha sido. El expediente de cada caso debe estar disponible en un sitio web de la Corte Suprema de Justicia Batracia. Si entras podes confirmar que hay exactamente cero casos en dicho sitio.
La única información sobre los presos políticos que el Gobierno de Ortega ha compartido, ha sido en forma de nota de prensa. Es para todos los efectos, un secuestro.
Hablemos sobre el rescate para liberar a los presos políticos
A nosotros los más chavalos (atrevidamente me incluyo), que crecimos consumiendo historias de justicia y libertad, donde los buenos siempre vencen a los malos, nos gusta creer que el mundo ha evolucionado. Sea por justicia divina o porque el universo funciona bajo las leyes del Karma, creemos que la fuerza, la violencia ya no es una solución válida. Creemos que el mundo es civilizado y que la fuerza ha sido erradicada como una vía aceptable para la resolución de conflictos. Hasta tenemos una palabra para eso, el bullying.
El bullying es malo, y por suerte ya casi ni existe.
Daniel Ortega y sus sandinistas piensan diferente. Aunque nos duela aceptarlo, la verdad es que Masacrín ha tenido éxito en su vida gracias a su capacidad de ejercer violencia.
Después de la insurrección contra Somoza (donde fue comandante a control remoto), en los 80 logró ocupar cuotas de poder, gracias a no tenerle miedo a la sangre (junto a los otros 8 comandantes).
En los 90, «gobernar desde abajo» era clave para decir que con violencia se iba a mantener vigente. En los 2000 sacó provecho a esa vigencia y pactó con Alemán para volver al poder.
Desde que volvió al poder, usando la fuerza fue que destruyó la poca oposición que había. Y en el 2018, pues, ya saben. «Vamos con todo» se refiera a precisamente «toda» la fuerza.
Daniel Ortega ganó, gracias a la fuerza bruta (énfasis en bruta)
El punto es que Daniel Ortega ganó gracias a esa fuerza bruta. Bruta, nivel UNEN. «¿Qué ganó?» me pregunta el maje que siempre llega tarde y que solo lee el título de las notas. La respuesta es «todo». Daniel Ortega ganó todo.
A ver, una lista rápida. Gracias a la violencia, a la fuerza, a su gran capacidad de matar, Daniel Ortega…
- Es presidente de Nicaragua.
- Su Vieja Arrimada de es Vicepresidente y sus hijos son equivalente a ministros.
- De hecho, controla los 3 Poderes del Estado, así como el CSE y las alcaldías (¿Cuál República?).
- Es el hombre más rico de Nicaragua (más de 4,500 millones de dólares).
- Se roba las elecciones y echa presos a todos los opositores.
En fin, lo único que Daniel Ortega no ha ganado es la razón. El mundo lo ve como el dictador que es. Pero eso a él no le importa. Con el poder y los reales tiene suficiente.
Entonces ¿Qué rescate le podemos ofrecer a Daniel Ortega?
Cuando los carteles secuestran a alguien, lo hacen para sacarle dinero a la familia. Los sandinistas tienen a los más de 170 presos políticos y hasta ahora no han pedido nada en rescate.
Pues sí.
¿Qué van a pedir?
¡Si ya tienen todo lo que querían!
A eso se refiere mi primo Eliseo cuando en el podcast de este lunes dijo que para negociar la salida de los presos políticos, primero tiene que cambiar la correlación de fuerza. Yo, en ese mismo podcast, le decía que eso estaba largo.
Peor aún, la posición de todos nosotros en la Nicaragua azul y blanco ha sido y sigue siendo, que Daniel Ortega se tiene que ir. Vivimos exigiendo que Masacrín debe liberar a los presos políticos, porque es lo correcto que hace un ser humano normal.
Daniel Ortega no es un ser humano normal
Pero él no es un ser humano normal. Es Masacrín, el animal que por años violó a su hija menor de edad. El dictador que gracias a su gran capacidad de matar, hoy controla todos los espacios de poder que tiene Nicaragua. ¿Cómo frutas podemos exigirle cosas?
Ya establecimos que la idea de que el bullying ya no funciona, es un mito. Desbancado por personas como él, como Putin o como los Castro en Cuba. La fuerza, la violencia, la represión, el bullying, sigue existiendo y es tan efectivo como siempre lo ha sido.
Para lograr que Ortega libere a los presos políticos, tenemos que ubicarnos en nuestra realidad. No podemos obligarlo. Mucho menos podemos amarrar esa lucha, a la lucha mayor de querer que Masacrín se vaya. Eso solo garantiza que los presos políticos van a salir, hasta que Daniel Ortega pierda todo.
La libertad de los presos políticos como meta aparte
No hay guerra que se gane en una batalla, todo o nada. No es realista pensar que Daniel Ortega va a: dejar de reprimir, renunciar el poder (por ilegitimo), entregarse a la justicia, liberar a los presos políticos y devolver lo robado, todo de un solo.
Pongamonos metas, y la primera de esas metas debería ser la libertad de los presos políticos. Pareciera obvio, pero no lo es. La verdad es que solo ellos (los presos) y sus familiares sienten en carne propia la urgencia de esta meta. Una amiga abogada que hizo un voluntariado en las cárceles de Nicaragua me contaba que una noche, en una de esas mazmorras te cambia la vida. ¿Se imaginan ahora 6 meses en el VIP que tienen a los presos políticos? (mucho peor que la experiencia de los presos comunes).
Este martes pasado, más de 20 familiares de presos políticos, hicieron pública una carta donde básicamente piden compasión por sus presos. En su parte medular, la carta dice:
Estas oraciones y mensajes, los cuales agradecemos de todo corazón, han terminado de convencernos a nosotros los familiares de que la liberación de los presos políticos puede servir como una especie de liberación compartida por todos los nicaragüenses, porque es obvio que el encarcelamiento de los 170 hermanos y hermanas viene siendo como un encarcelamiento paralelo de la gran familia.
Ante esta situación, apelamos a los gobernantes y a las fuerzas vivas de la nación, así como a nuestra Iglesia para que encabecen y apoyen un proceso de unificación ciudadana, dispuestos a construir puentes; dispuestos a escucharnos los unos a los otros para así comenzar a desarmar la desconfianza mútua que por siglos nos ha dividido.
Llanamente hacemos nuestro llamado a esta tarea constructiva por amor profundo a nuestros presos, pero que no quepa la menor duda de que también nos mueve un serio compromiso con la patria, para la cual deseamos más esperanza y menos angustia en todas sus esferas – espiritual, económica, cívica, social, y política.
Pronunciamiento de los Familiares de presos políticos, Managua, martes 25 de enero de 2022
«Proceso de unificación ciudadana» en este caso, es sinónimo de «sentémonos a hablar de lo que queres a cambio de liberar a todos los presos políticos». Un dialogo para la libertad de presos políticos. Nada más.
El pronunciamiento de estos familiares (que ha ido creciendo en el número de firmas), ya cuenta con el apoyo de la Alianza Cívica, del COSEP y de Almagro.
Hay familiares que respetando el deseo de sus presos, no firmarán esta carta. Así como hay organizaciones y opositores, que desde el exilio, van a condenar semejante «claudicación».
Yo he hablado con algunos familiares que sí firmaron esa carta y la verdad es que entiendo perfectamente de donde vienen. Es una plática que en dos güaspirolazos te enseña el verdadero significado de la palabra humildad.
Como me dijo una amiga, de esas que está exiliada en Costa Rica y que dedica su tiempo completo a buscar maneras de derrocar al dictador, «si fuera mi marido, mi firma sería la primera».
Ironicamente, los familiares de los presos políticos no solo están pidiendo compasión a Daniel Ortega. También están pidiendo compasión a nosotros, los que estamos del otro lado.
Seamos más compasivos que Daniel Ortega
Ya pasaron las elecciones. La OEA es una broma. Aceptemoslo, Masacrín ganó, y estará en el poder por varios meses más (si no años). Es hora de buscar una salida a la situación de los presos, aunque tenga sabor a pérdida (más que todo porque eso es, perdimos).
Para lograr esto, no tengo propuestas (para variar). Solo sé que hay algo que Daniel Ortega debe querer, que podría estar en nuestras manos dárselo. Va a doler dárselo, no nos enredemos. Pero ya suficiente dolor han soportado los presos políticos y sus familias. Ya habrá tiempo para ganar la guerra. Ahorita, ganemos esta batalla (en la colina de la compasión) que Nicaragua tanto necesita.
Excelente punto de vista y argumentos, Manuel, da rabia e impotencia tener que concederle algo al Moclin a cambio de que libere a nuestros secuestrados políticos, pero solo estando en los zapatos de algún familiar de secuestrado político, podés sentir la dimensión del dolor y sufrimiento de cada familia y subir esa empinada y dolorosa cuesta de la compasión. Pero no sé, debería haber alguna línea roja, de lo que se le puede conceder al Moclin, para no sentir que se está claudicando en la lucha?
Como dije, yo todavía no tengo una propuesta. Lo único que se me ocurre es lo que dice Quiñonez, quitar sanciones. El departamento de Estado ya dijo que está anuente a negociar. ¿Será que a eso se refiere?
Te felicito por el artículo, coincido con tus argumentos y puntos de vista, el dolor de las personas presas políticas y de sus familiares es inmenso y da temor, porque como bien decís ellos ya tienen todo lo que puedan querer, no logro imaginarme que puedan querer a cambio de su libertad, es aterradora esa idea. Lo único que me parece inadecuado para mí, es que frecuentemente leo que deshumanizas a Daniel Ortega y a sus seguidores (por ejemplo llamándoles batracios o hasta Masacrín). En mi parecer eso es peligroso y no ayuda ni a que ellos se responsabilicen de sus actos, ni a que se les vea como seres humanos integrales (responsables de sus actos y que asuman las consecuencias de estos). Además, me parece que la deshumanización facilita o promueve la polarización y desde ahí es mucho más difícil encontrar soluciones estables.
Tenes toda la razón. Es un desahogo de maje que perdió y sigue perdiendo. Si yo fuera líder político o periodista, probablemente no me daría tantas licencias literarias.
muy buen análisis hermano creo que debemos ser comprensivo y ser empaticos con los familiares de los presos políticos y aceptar la derrota .ser paciente y no perder la empresa