Primero, tengo que decirte algo que te va a sacudir hasta lo más profundo del alma: Nicaragua no es el centro del mundo. Yo sé que somos buena gente, y para qué, el país tiene unos paisajes lindos…pero la cruda verdad es que las grandes mayorías alrededor del mundo no están pendientes de nosotros. Nunca lo han estado. Y antes de que te sintás intelectualmente superior te pregunto: ¿sabés lo que esta pasando en Myanmar, con su perversa junta militar? ¿Y el descachimbe del Sudán?
¡Por supuesto que lo sabes! Si sos uno de los 3 o 4 lectores de Bacanalnica, te distinguís por tu vasta cultura general y un profundo interés en la condición humana. Pero sos la excepción. Y de nada sirve acusar a la gente de ser ignorantes. Suficiente tienen con los problemas de su día a día, ¿y querés que estén al tanto de los grandes (des)éxitos de Masacrín? ¿Incluso si viven a miles de kilómetros de distancia y no conocen a ningún nica?
Décadas de mesianismo «revolucionario» han contribuido a crear esa falsa impresión de que somos el ombligo del mundo. Hoy día, cada adoquín que manda a poner la Vieja Arrimada™ es una «hazaña». Hacer algo tan básico como cambiar una luminaria en la calle es algo «glorioso», y todos tus compañeros de armas muertos son «inmortales».
¡Seguro que hasta en Finlandia saben de nosotros! Pues, no.
¿Pero Daniel Ortega se reconoce por su maldad?¿Verdad?
Al otro lado de la moneda ideológica, tampoco podemos esperar que el mundo este claro de la magnitud de la tragedia que vivimos. Mas de 300 asesinados en el 2018, los mas de 100 mil exiliados, los mas de 150 presos políticos…¡Púchica! ¡Tengo hijos/esposos/parientes/amigos secuestrados por una dictadura sanguinaria. ¿Cómo no va el mundo entero a estar indignado por eso?
Para estar indignado, primero tiene que saberlo. Y si lo sabe, tiene que importarle. El ancho de banda del ser humano es limitado. Cada país tiene sus propios problemas y tragedias. Una especia aparte son las personas que sabiendo lo que pasa, racionalizan los crímenes de la dictadura para proteger su visión del mundo. Es un privilegio especial, el ver la sangrienta represión de un país pobre a través del prisma ideológico de tu realidad. Es eso lo que hacen algunos progresistas del primer mundo, que viven en el regazo del capitalismo, con todos los beneficios de una democracia funcional, pero nos quieren recetar a nosotros una dictadura porque saben que le cae mal al fantasma de Ronald Reagan
Ya no hablemos de los oportunistas que se benefician de ser engranajes oficiosos del aparato de propaganda del FSLN. Si querés una radiografía de esa especie, ya Bacanalnica analizó a los chelitos de la comunidad internacional que se tragan las mentiras de Ortega y hasta piden mas.
La elecciones de Nicaragua son noticia
Algunos eventos si te garantizan cobertura: la coronación de un rey, por ejemplo – ¡todavía los hay! Qué locura…-. O su equivalente en la vida civil, la elección de un nuevo presidente.
Todos los nicas sabemos que las elecciones son una farsa. Hasta los sapitos mas verdes del estanque las ven como un parapeto que solo sirve para darle a Masacrín cheque en blanco para los próximos cinco años. Pero en el mágico mundo del periodismo mundial, cualquier elección justifica cobertura. Los editores finalmente rendirán el rey ante el reportero necio que todos los días le trata de pitchear una historia sobre este triángulito de tierra.
Claro, ahora se están dando cuenta cuán anómala es la situación de Nicaragua. La dictadura tiene cerradas las fronteras a cualquier periodista serio. No solo no los acreditan. ¡No los dejan entrar en el país!
Aún así, algunos medios logran romper el cerco informativo con la ayuda de fuentes en el exilio, expertos extranjeros, y copiosos archivos históricos. Ese es el caso de «60 Minutos», la revista noticiosa televisiva más importante de los Estados Unidos, que en su programa del 31 de Octubre, presentó un reportaje titulado «Democracy Lost». Es decir, «democracia perdida».
Bienvenido a mi vida, «60 Minutes».
El peso de «60 Minutes»
El programa nació en 1968 en la cadena CBS, concebido como una revista de periodismo investigativo para televisión. Es el programa más antiguo de la televisión norteamericana. Usualmente, cada edición esta conformada de tres reportajes, anclados por un corresponsal apoyado por un equipo de productores e investigadores. Desde el principio, «60 Minutos» se transmitió en horario estelar de domingo, y puntea en el ranking de los programas más vistos. Incluso hoy día, cuando las redes han desplazado a la tele como principal fuente de información, sigue siendo un referente importante.
El formato es tan exitoso, que ha sido replicado con la misma marca en numerosos países. Un amigo me decía, medido en broma, medio en serio, que «60 Minutos» era el «Esta Semana» de Estados Unidos. Bueno, sería así, si Esta Semana tuviera 50 años de existir y cubriera un país de 329 millones de personas. La edición de este domingo tuvo casi 7 puntos de rating.
Aja, ¿pero qué dijeron de Daniel Ortega?
El reportaje de 13 minutos de duración fue presentado por la corresponsal Sharyn Alfonsi y producido por Oriana Will de Granados y Emily Gordon. La cercanía de las elecciones es el gancho principal, pero el corazón de la historia reside en el drama de los presos políticos. El ángulo de interés humano se apoya en los testimonios de Berta Valle, la esposa de Félix Maradiaga, y Victoria Cárdenas, esposa de Juan Sebastián Chamorro. Ambas son entrevistadas por separado. El análisis político corre por cuenta del politólogo chileno José Miguel Vivanco, director ejecutivo para la Américas de Human Rights Watch.
13 minutos suena a poquito, pero en la televisión norteamericana, es un montón de tiempo. Si sos nicaragüense, no te va a decir nada que no sepas ya. Pero antes que te encojas de hombros, toma en cuenta que está hecho para un público que no está al día con lo que pasa en Nicaragua. La última vez que supieron de Daniel Ortega, andaba corriendo en Central Park en 1986, durante una visita oficial a las Naciones Unidas.
Vos y yo sabemos que desde ese entonces mucha agua – y sangre – ha pasado bajo el puente. El gringo promedio no lo sabe. Si piensa en Nicaragua, del todo, es como destino playero. O un lugar donde hace mucho tiempo hubo una revolución. O un país que metió en clavos al presidente Reagan, por andar vendiendo armas para darle reales a unos contras. Estos contras pueden ser, o no, los que inspiraron el video-juego.
Así que hace lo tuyo por Nicaragua. Ve el reportaje, para que te des una recordadita sobre la tragedia nuestra de cada día – y como a pesar de lo que quieran hacernos creer, nada de esto es normal. Ni justificado.
Y después, compartí el reportaje, para que tus contactos alrededor del mundo lo vean.
https://www.cbsnews.com/video/nicaragua-daniel-ortega-60-minutes-video-2021-10-31/#x
Leave a Comment