Las revoluciones no son ordenadas. Son un cambio brusco (y violento) que afecta a todos los habitantes de un país, eso todo mundo lo sabe. Lo que quizas no todo mundo sabe, es que esos cambios afectan a unos más que otros.
Obviamente, los que han sido asesinados por el Gobierno y sus familiares son los grandes perdedores de la revolución cívica que vivimos actualmente en Nicaragua. Pero definitivamente no son los únicos.
Muertos (asesinados) primero, palmados segundo
Como dice el dicho de las pulgas y el perro más flaco, las revoluciones afectan más a los que no tienen una jugosa cuenta de ahorro en dólares en un banco panameño. O dicho de una manera que vos y yo entendemos:
Si tu idea de «buen record crediticio» es que el cobrador del Gallo más Gallo solo te ha llamado 2 veces esta semana, te tengo malas noticias, el paro, la crisis y en general esta revolución cívica a vos te va a pegar de lleno.
Por algo los Bancos y las Microfinacieras están reestructurando deudas.
Luego está Masaya
El punto es que todos en Nicaragua estamos mal, pero Masaya es un caso especial. Tan especial, que a veces aquí en Managua nos cuesta entender bien qué es lo que está pasando realmente. Por eso, decidí preguntarle a un amigo que vive allá, para que me explicara mejor lo que viven todos los días.
Esto fue lo que me dijo:
La ciudad entera vive un momento difícil, muy complejo y particular que no puedo calificarlo como un paro, esto no puede llamarse de otra forma: Guerra!
Pero es una lucha desigual, pólvora y piedra contra gases y balas. Y aunque no voy a negar que el grupo protestante ya anda armas hechizas o de fábrica industrial (pocas), éstas no son comparable a la capacidad policial con equipamiento y equipos.
Lo triste es que el daño y las víctimas son en su mayoría personas jóvenes, que implicaban el futuro de nuestra ciudad y que por su ímpetu de juventud y coraje inmaduro, asumen un rol preponderante y son la dinámica en toda lucha o revolución.
Pero lamentablemente es una batalla entre gente que se conoce, amigos, compañeros de trabajo y juegos, e inclusive hasta entre familias, pues hay quienes en esta crisis, tienen un criterio diferente entre su mismo núcleo.
En mi caso tengo buenos amigos que apoyan ambas causas y es difícil consensuar hasta en nuestro grupo, una solución en un mismo sentido, ya ni se diga ahora en una ciudad.
A los masayas nos preocupa que este sacrificio sea sólo aquí. Conste, no deseamos que muera gente, ni que otra ciudad viva lo nuestro, pero si esperábamos más solidaridad y comprensión de parte del resto de la nación. Vivimos como en un país aparte y nos ven como invivibles. Y esperan que se resuelva ésta crisis con los avances del dialogo o paralelo a la solución de nación.
Pero aquí no es así, Masaya ha avanzado y sufrido mucho más que el resto de ciudades. No imaginan lo difícil que es para un Masaya, ir fuera a trabajar y salir con dificultad de tu pueblo, pensando si vas a poder entrar al regreso, o peor, si encontrarás a tu familia y/o bienes completos.
Aquí se ha desatado el fenómeno del vandalismo, aquí se ha visto a la policía luchando hombro a hombro con pandilleros, aquí se ha visto a la gente que se supone protesta por una transformación, olvidar los valores morales a cambio de un teléfono, unos pañales desechables, un par de zapatos o un electrodoméstico.
Aquí gente inocente y sin merecerlo, perdió sus casas y todo su contenido, producto de incendios provocados por la ira y la ignorancia y ni se diga también la pérdida de los bienes públicos.
El estado de necesidad ha creado una anarquía en su concepto más estricto.
Lo más triste, no hay autoridad que dialogue, que busque una solución, que proponga un final a esto. Y estamos expuesto a que ambas partes se armen «taco a taco» y está guerra ahora desigual, sea más cruel.
Si deseamos un cambio en nuestro país, que este sea con el esfuerzo de todos y nunca con el sacrificio de pocos!
No puedo dejar de expresar que dentro de este problema, se ha incrementado mi admiración hacia MONIMBÓ y he llegado a conocer el porqué su fama de coraje, garra y valentía, los cuales eran desconocidos para mi generación, pero además destacaría su ejemplo de unidad y solidaridad para con los miembros de su comunidad. Ellos, anteponiendo cualquier ideología o creencia, han sido fieles a los suyos, de manera que su liderazgo y lucha será recordado por siempre.
Perdón si ofendo a alguien, sobre todo si es familia o amigo, pero necesitaba expresar mi preocupación.Espero que mis palabras no se mal interpretadas y que se vea más bien como lo que es: UNA LLAMADA DE AUXILIO PARA MI CIUDAD!
#SOSMASAYA
Como ven, la anarquía hace imposible la normalidad en Masaya. Y eso que mi amigo no menciona en su resumen las 2 ejecuciones del fin de semana o la avioneta que pasó regando un químico por toda Masaya anoche.
¿Qué se puede hacer por Masaya?
Si bien todos estamos claros que el Diálogo Nacional está muerto, me parece que Masaya debe iniciar un proceso interno para calmar su situación. Entiendo que el Alcalde es persona non-grata desde hace semanas, pero tal vez la Iglesia Católica puede ayudar a que Masaya vuelva a una normalidad similar a la de Managua. Va a sonar raro, pero aquí va:
Obispo Báez, Conferencia Episcopal de Nicaragua ¿Nos pueden echar una manita con Masaya? Urge que alguien interceda por ellos.
Por si acaso nuestro mensaje se pierde en el camino, tal vez nos ayudan a llevarles el mensaje …
Mis respetos, se han portado a la altura
Y que hacemos bacanalnica nos quedamos encerrados en nuestras casas denunciando al gobierno por la redes…crees que así se saca a un régimen del poder No menosprecies la lucha de los indios, los campesinos , los patriotas es mas preguntense que estamos haciendo el resto por ellos y por la patria
Estimados coterráneos:
Debido a que en las reflexiones de quien describe y explica la anarquía que se vive en nuestra querida Masaya -motivada entre otras razones por el levantamiento de tranques- se hace referencia a la tesis del estado de necesidad, creo conveniente aclarar algunas cuestiones sobre este punto. En tal sentido, conviene tener en cuenta el origen de todo este movimiento popular y los escenarios que se presentan cada día.
a) El origen inmediato de la situación actual se ubica en la agresión de la que fueron víctimas los estudiantes de la manifestación pacífica el 18-4-2018. A partir de allí, la población no ha hecho más que responder en legítima defensa frente a la agresión antijurídica de la policía y miembros de la JS. El origen de la violencia ha reconocido incluso por B. Arce, asesor económico de la presidencia.
b) En la legítima defensa los bienes que se deben afectar son los del agresor (policía y JS), no los de terceros. Hasta aquí, podría decirse que el levantamiento de tranques no encaja dentro del concepto de legítima defensa; pero, como los tranques se levantan en un contexto de violencia contra la población, la restricción a la libertad de movilidad del resto de ciudadanos estaría amparada por un estado de necesidad. En efecto, en un lado de la balanza se encuentra la vida e integridad de los agredidos y en el otro lado de la balanza la libertad de movilización del pueblo; hay por tanto una situación de conflicto de intereses que debe resolverse en favor del interés preponderante, que no es otro que la vida e integridad física de los manifestantes.
c) Sí coincido en que en la lucha pacífica se han colado delincuentes comunes, aprovechando el contexto de confusión, pero también es cierto que la institución policial ha recurrido a la fuerza de manera excesiva desde su origen.
No es posible seguir aquí discutiendo estos temas complejos, de manera que sólo haré una pregunta a mi coterráneo para que la conteste con la inteligencia que le caracteriza ¿qué opina de la inconstitucionalidad de las normas constitucionales, como la que prohíbe la reelección presidencial? Cuando sandinistas, antisandinistas, liberales, conservadores y pueblo en general sea capaz de discutir con seriedad estos temas, habremos encontrado la respuesta a nuestros males.
Un fraternal saludo,
¿Regando químico? Pero que clase de locura es esa.