Es que hasta con el GPS me pierdo. Peo me estoy adelantado…La semana pasada cerró con un evento de terror y suspenso…tres precandidatos a Presidente de Nicaragua vieron sus pasaportes mientras trataban viajar rumbo a Miami, Florida, en la colita del Imperio Yankee, como diría el Comandante que gobierna a todos los agentes de migración. Digo que fue un episodio de terror y suspenso, porque la última vez que le pasó algo así a Medardo Mairena, se lo llevaron preso en un proceso express que lo dejó con el status de preso político de la dictadura y de remate, condenado a 216 años. Las redes se prendieron con reportes de gente en el Aeropuerto, y después de un par de horas, les permitieron aborda el avión.
¡Avión, pues! Van para el imperio…
¡Ah, el imperio yankee! Los vice-dictadores y sus secuaces hablan en tono siniestro cuando un opositor viaja el norte. Claro, no hacen los mismo cuando el «Chayolatito» pisa suelo estadounidense para que lo sopapeen a cambio de varios millones de dólares…pero bueno…los tres precandidatos no venían a recibir un dossier de instrucciones de parte de un operativo de la CIA, en una banca de un parque de Washington DC, tipo «Scandal». Eso solo existe en el fantasioso mundo mágico de Daniel y Rosario, donde Laureano es el nuevo Pavarotti, Camila es super modelo y Juan Carlos es la reencarnación de Sandino.
Los 3 precandidatos venían a participar en un conversatorio organizado por la Asamblea Nicaragüense por la Democracia, que aglutina a varias organizaciones de la diáspora nica. Ya saben, la que contribuye a uno de los ejes más importantes de la economía. Se calcula que las remesas representan un 14% del Producto Interno Bruto del país. Entonces, nuestros principales rubros son café, azúcar y gente. Cerebros y músculos que trabajan a miles de kilómetros del lugar que los vio nacer, pero que siguen lanzándole un salvavidas a la familia que dejaron atrás – y de paso, a la economía del país que activa o pasivamente los expulsó.
¡Que pase el moderador suplente!
Las verdaderas estrellas estaban ocupadas, así que me reclutaron a mi de moderador. En plan brother, sin cobrar, porque no somos mercenarios.
No importa lo que diga la dictadura, la gente en el exilio que trabaja en estos eventos lo hace con las uñas, en afán de liberar a Nicaragua de esas lacras empeñadas en montar una dictadura familiar.
¡Que pasen los candidatos!
Mairena, Fley y Henriquez estaban en persona. Vía zoom, Juan Sebastián Chamorro y Miguel Mora. Felix Maradiaga, Cristiana Chamorro y Arturo Cruz no pudieron participar por razones que desconozco. Confesión de parte: los conocía a casi todos, sea por trabajo o por amistad. Los únicos dos con los que no había tenido ningún contacto, eran Fley y Henriquez. Es muy diferente ver a estas personas en el mundo real, e interactuar con ellas, que seguirlas a través de los medios y las redes. Dejan de ser «políticos» y se convierten en personas. Es más difícil escapar al escepticismo cuando los ves, en tiempo real, esforzándose por articular sus ideas y defender sus puntos de vista. En general, creo que podríamos ser más generosos, y darles al menos el beneficio de la duda a todos los precandidatos. Y esto no quiere decir que estén por encima de cuestionamientos y críticas.
Pero Nicaragua está en las fauces de una dictadura, con una población traumatizada por la violencia institucional y desencantada de una incipiente democracia que caminó a tropezones por breve período, muriendo en un callejón sin salida en el parque El Carmen. Por eso, cuando criticamos a los precandidatos, no es como el típico referee de sillón. No le estamos gritando a Zidane para que acomode a los merengues a nuestro gusto. Estamos hablando desde el duelo, el dolor y la frustración. Ellos lo saben. Han sufrido en carne propia la violencia y el acoso del régimen.
¡Que pasen las reformas!
Los precandidatos están en una situación imposible. Lo que queremos, lo que necesitamos, al final, depende de alguien que no está dispuesto a darlo. Daniel Ortega no se va a meter solito en un celda, y tirarnos las llaves a través de los barrotes. El mejor camino para salir de Masacrín y Masacrina es la vía electoral, pero esta misma está viciada por sus designios. Tomen nota de la convocatoria que hizo el sancionado presidente de la Asamblea Nacional, Gustavo Porras, para recibir propuestas a nuevos magistrados del Consejo Supremo Electoral: suena bonito, pero claro, solo los diputados puede proponer nombres…y todos los diputados son miembros activos o pasivos del batracismo.
Hace de cuenta que Ortega es un portero que puede mágicamente mover los postes de la cancha. Él controla las reglas del juego electoral que tenemos que jugar para sacarlo. Los procedimientos tradicionales están viciados, y no hay una hoja de ruta clara de qué hacer cuando. Acuérdense de la alharaca que se armó hace unos días, cuando «se filtró» una lista preliminar de posibles diputados de la Unidad Nacional Azul y Blanco. La noticia generó reacciones indignadas en las redes. Se les acusó de repartirse cargos, asignarse puestos a dedo…pero…¿cuál es el momento apropiado para hacer esto? No existe un buen momento, precisamente porque el proceso esta pervertido. La UNAB ni siquiera es un partido, no tiene casilla, esta lista es nivel ‘carta al niño Dios’, pero igual levanta ronchas, porque no es lo que queremos. Lo que queremos es unidad. La unidad es lo primero, pero no la vemos por ningún lado. O al menos, no la vemos a cómo quisiéramos que se viera.
Las verdades de George
Mi primera pregunta tenía que ver con eso. ¿Por qué no hay unidad? George Henriquez disintió con vehemencia de la idea de que esta no existe. Para muestra, cinco botones: los cinco precandidatos identificados con la Coalición Nacional.
«¿No consideran que eso es unidad? Esto es unidad, y esas cinco organizaciones mas las otras que están presentes, que es UNIRSE y Alianza Cívica, podemos poner un tendido electoral en todo el país…lo que nosotros esperamos, y lo que todos esperan es una unidad hegemónica, donde solo este el régimen, y uno más. En la cual estemos todo. Y ese tipo de unidad todavía no se ha dado. Todos estamos esperando.»
George Henríquez, Precandidato Presidencial YATAMA-COALICIÓN NACIONAL
¿Saben qué? George tiene razón. La unidad hegemónica, la ideal para derrotar a Ortega en las urnas, aún no existe. Pero lo que ya tenemos es un paso en esa dirección. No es nada despreciable, considerando que la oposición tiene que conciliar ideologías diametralmente opuestas. Y lo más probable es que no la veamos.
Desde que Ortega es candidato, estas son unas elecciones anómalas, lejos de lo ideal. Y lo peor, es que no tiene que hacer nada. Ya hizo todo lo que tenía que hacer, empezando allá en 1979 y terminando cuando chantajeó a Arnoldo Alemán con una propuesta que no podía rechazar: una tarjeta de Monopoly para «Salir de la cárcel» a cambio de los votos para una reforma constitucional que lo mantuviera en el poder para siempre. Ven porque la corrupción, venga de donde venga, es un problema para todos? Si «el Doctor» no se hubiera puesto en esa posición (criminal), quizás no estaríamos en este. Desde ese entonces, hasta ahora, Ortega solo acciona las manivelas de un sistema de poder vertical, donde no hay lugar para el debate, la disensión o el cuestionamiento. Se hace lo que dice «el hombre», y ahora, «la señora» también.
Pantomima cristiana, socialista y solidaria
Para el Ortega, lo más difícil es hacer la mueca de que encabeza un gobierno democrático. Él quisiera estar en plan Kim Jong-Un, full dictador, pero como Chávez se llevó el palito de café a otro plano de vida, tiene que guardar las apariencias. Por eso, manda a sus diputados a abrir un proceso de selección de magistrados, que nosotros ya sabemos se resuelve con la lista que ya escribió la vice-dictadora. Por eso, envía una propuesta de reforma a la Ley Electoral a la medida de sus artimañas fraudulentas. Son 70 páginas que constituyen básicamente un manual para fraude inminente. Les quedamos debiendo el análisis golpe-a-golpe, pero les adelantamos que los «grandes éxitos» son redoblar en la aplicación de la Ley de Agentes Extranjeros con vistas a cortar financiamiento a campañas opositoras e inhibir candidatos. También designa a la Policía Nacional, especialista en acosar a los precandidatos y mantenerlos encerrados casa por cárcel, como la encargada de autorizar las concentraciones públicas – gato, cuídame a este ratón, porfis -. No se asusten si Carlos Emilio termina de magistrado del CSE. Por lo menos, es mas flexible que Roberto José.
Claro, la comunidad internacional no se engaña con esos amagos, pero a los Masacrines les queda una coarta con la que pueden armar a sus apologistas. Como que leyendo los tweets del troll-center: «¡Pero sí hicieron lo que ustedes querían! ¡Ahí esta la reforma electoral! ¡Ahí están los nuevos magistrados!¡Si pierden, es porque son la versh». Ni el Chayolatito se cree ese cuento.
La Escuela de Oposición del Profe Guaidó
Pero volvamos al conversatorio de opositores. El evento tuvo lugar antes de que la dictadura sacara su naipe de reformas, pero varias cosas me quedaron claras en el transcurso de la conversación. Primero, existe la convicción de ir a elecciones aún cuando la dictadura no ceda a la hora de establecer las condiciones mínimas para unos comicios justos y transparentes. Esta es la misma idea por la cual el tío Bacanalnica y su servidor se agarraron a los tapazos, exhibiéndonos enfrente de Miguel Mendoza, en un reciente episodio de nuestro podcast de política. A los precandidatos les viene por vía de otro personaje: Juan Guaidó, el presidente interino de Venezuela. El razonamiento es que tenés que ir a elecciones aunque sepás que se las van a robar, para documentar el fraude. Juan Sebastián Chamorro, fue tan persuasivo, que casi me convence. Casi.
Yo sé. Suena a pesadilla, seguir la receta de Venezuela. Desde aquí, se ve tan estancada como Cuba. Pero en realidad, esta más avanzada que Nicaragua. Maduro podrá seguir instalado en Miraflores, pero Guaidó es reconocido por varios países alrededor del mundo. La oposición está más articulada que la nuestra. Cuando el régimen caiga, esta especie de gobierno paralelo puede agarrar la pelota en el aire. Y ahí también hay presos políticos, crímenes de estado impunes, acoso diario contra ciudadanos inocentes.
Un giro final que nadie vio venir…
Me duele pensar que los presos políticos seguirán secuestrados, a merced de la voluntad de la dictadura. Que los asesinatos de Álvaro Conrado y tantos otros seguirán impunes, por algún tiempo más. Pero todo eso viene, cuando Ortega siga la senda de Pinochet, y termine pagando por sus crímenes. Ahorita la gente esta poniéndose al día con la película «No», de Pablo Larraín, sobre el plebiscito que allanó la salida del pinochetismo. Se estrenó hace 9 años, pero hasta ahora llega a Nicaragua, vía Netflix – la distribución comercial de cine es la versh…-.
Pero quiero cerrar en una nota positiva. Volvamos al encuentro con los precandidatos. Hacia el final, invitamos a una futura conversación donde idealmente, participarán todos los candidatos. Según yo había terminado de enumerarlos, pero Miguel Mora, siempre periodista, me puso al día. Yo no sabía que la doctora María Eugenia Alonso se había lanzado como candidata horas atrás. Y me parece bien. Magnífico. Porque me parece bueno que haya tanta gente interesada en servir al país y acabar con la dictadura. Al final, tendremos un candidato único. O dos, quizás. Pero espero que los que no queden, le echen el hombro al titular. Porque ya estamos curados del cuento del «máximo líder». Salvar a Nicaragua es un trabajo en equipo.
Pueden ver el conversatorio completo aquí:
Sin cobrar? Algún uno qué otro viático tuvo que haber!