Hace unos 3 años, discutía yo con mi primo Miguel Mendoza sobre la necesidad de que abriera su cuenta en Twitter. Él me decía «Para qué, si en Facebook está todo mundo». Como Twitter es un animal raro de explicar, yo me limitaba a darle la recomendación genérica que le doy a todo mundo «Probalo y vas a ver».
Al primo Miguel perenne le vivían cerrando su Página de Facebook por cualquier chochadita. Mi argumento era que Twitter es más relajado y abierto, por eso es mejor.
Eventualmente, él por su propia iniciativa se metió probar y Twitter, a los meses, ya era el tuitero más destacado de Nicaragua. Y no lo digo en el aíre, de esas cosas sí sé bastante. Yo seré el maje con más seguidores, pero no le meto la mano al primo, él es tipo don César: llegó, vió y lo hizo suyo al pobre pájarito celeste.
Tanto es su poder, que Daniel «El Masacrador de niños» Ortega lo ha secuestrado y lo está amenazando con dejarlo décadas en El Chipote, usando unos retweets como base.
Carcel por retweets, nunca antes visto
En el mundo de la tecnología, esta noticia sería imposible de creer. Nadie, nunca, me va a creer que hay un país, donde alguien está preso por unos retweets.
Ni siquiera hablamos de tweets (lo cual implicaría crear «algo»). ¡Son unos retweets! El equivalente a pasar un papel, en el que no escribiste, no firmaste, y no te preguntaron qué pensas al crearlo. Simplemente lo viste y se lo pasaste a otra gente para que lo viera, tipo cuando vas en la ruta y en el semáforo te dan una volante.
El argumento de los sandinistas es que con sus retweets, el primo Miguel puso en peligro parte del territorio de Nicaragua. A ver…
¿Compartir un tweet que hizo otra persona (básicamente lo que significa retuitear), pone en peligro el territorio nacional? Está en peligro Corn Island de ser ocupada por otro país, si yo retuiteo… algo…lo que sea? Que argumento de lo más UNEN ese.
Yo, que me creo hacker, generalmente digo que solo necesito una computadora e Internet para hacer cualquier cosa. Pero es obvio que estoy exagerando. Me refiero a que te puedo conseguir la última de Marvel, no a que puedo conquistar Gibraltar.
Mientras tanto, el primo lleva meses secuestrado en el Chipote 2.0, por precisamente esa fantasía batracia. Su esposa dice que ella hasta tuvo problemas para reconocerlo:
Que dolor oír como el primo insiste en aclarar que es inocente. Como que si alguien en Nicaragua pensara que es culpable.
Ni reales de la CIA, ni aspiración a un cargo, ni reuniones en Washington para discutir sanciones. A Miguel Mendoza no lo pueden acusar de absolutamente nada. Su único pecado es haber amasado un nivel de influencia en redes sociales, que puso chiva a los dictadores.
Cuántas veces le dije yo al primo que mejor se fuera. Antes y después de mi partida. Él siempre me respondía con esa humildad pragmática «Yo por qué, ni que fuera importante».
Que iluso el primo. Si pudiera ver el bodoque del tamaño de Rusia que dejó vacío al ser secuestrado. ¡Libertad para Miguel Mendoza!
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