Anoche salió Munra Ortega a asustar a los niños por cadena nacional. Mientras les preparamos nuestro tradicional resumen, queremos llamar la atención sobre un asunto más importante que la última cepillada del Chocolate (el boxeador oficial de las dictaduras sangrientas). Se trata del mundo fuera de nuestras fronteras, y que pueden hacer – o no – para ayudarnos a salir de Somoza 2.0
Todos estamos hartos de la dictadura. Créanme, hasta el sapito mas verde del estanque esta cansado. Eso de dar «gracias al Comandante y la Compañera» por cada bocanada de aire que te oxigena es agotador, especialmente cuando la respiración es cutánea. En nuestros momentos más profundos de desesperación, hasta soñamos con que algún super-héroe del extranjero venga a resolvernos el problema en dos horas y 40 minutos, tipo películas de Marvel – cuatro, si es el «Snyder Cut» de «La Liga de la Justicia» -. Pero después me acuerdo de lo que las intervenciones extranjeras le han hecho a Nicaragua y se me pasa. Velo de esta manera, si William Walker no hubiera venido de metido a proclamarse Presidente de Nicaragua; y si EE. UU. no hubiera intervenido en Nicaragua un siglo atrás, ¿cómo justificaría sus desmanes Masacrín © (Copyright Bacanalnica)?
Seguro que algo se le hubiera ocurrido…
Sí, probablemente algo se le hubiera ocurrido, porque Daniel es Daniel. Y es nuestro problema. En un orden internacional saludable y respetuoso, no podemos esperar que nadie venga de paracaidista a ordenar nuestra casa. Lo que sí pueden hacer los otros países, es aplicar presión en el marco de sus decisiones soberanas. Es eso lo que son las sanciones que el Comandante denuncia como «agresiones». Digamos que te das cuenta que tu vecino golpea a su mujer y un día mata a su hijo. Tenés perfecto de derecho de no invitarlo a tu casa, no mandarle regalo de Navidad en Diciembre, y cerrarle el crédito en tu pulpería. ¿Correcto? ‘‘¡Falso! ¡Me están agrediendo!», grita el Comandante, todavía con sangre en las manos.
Las elecciones mas importantes de nuestra generación
Las elecciones presidenciales programadas para Noviembre del 2021 son una oportunidad para mandar al dictador al basurero de la historia. El problema está en que su control absoluto de las instituciones de gobierno lo convierte en juez y parte. Árbitro y jugador, si te querés poner deportivo.
Ergo, los países interesados en promover la democracia necesitan persuadir a este Pol Pot criollo de contener sus impulso (in)naturales, y dejar que el país tenga unas elecciones transparentes. Eso implica reformar la ley electoral, cambiar a los magistrados del Consejo Supremo Electoral por una tanda de independientes, abrir las puertas a la observación nacional e internacional, y si nos queremos poner lagartos, abrir la caja fuerte donde guardan las personerías jurídicas. Y no deberíamos necesitar decirlo, pero también tienen que levantar el estado policial y dejar que la gente se manifiesta públicamente.
Yo sé. Eso suena a carta al Niño Dios. Esta por verse si Ortega va a ceder, o si le va a quitar el lápiz mágico a los lugartenientes que hicieron planas en los reportes de Juntas Receptoras de Votos de dos fraudes anteriores. Pero la presión internacional esta subiendo. E incluso si solo hace el parapeto de elecciones, pues es un paso más hacia su salida.
La nostalgia por los 80 está a punto de ponerse rancia
La semana pasada, en Estados Unidos, el Almirante Craig S. Faller, Jefe del Comando Sur de las Fuerzas Armadas de EE. UU., presentó un informe ante Comité de Servicios Armados del Senado, después de dos años en el cargo. El militar confiesa tener «un increíble sentido de urgencia», porque «nuestro hemisferio se encuentra bajo asalto».
«Los principios democráticos y valores que nos unen están siendo activamente socavados por violentas organizaciones criminales transnacionales, la República Popular de China y Rusia.»
Almirante Craig S. Faller, Jefe del Comando Sur, Departamento de Defensa de EE. UU.
Eso suena a la segunda venida de la Guerra Fría, en la cual pagamos un precio muy alto por ser nota al pie de página, y de remate, en el epílogo.
Para el dictador esto viene de perlas. Más combustible para sus diatribas contra «el imperialismo yankee», aunque todos sabemos que ese es un discurso vacío. Pero el Almirante Faller fue más allá de señalar a los «prixes» de los Orto-Mu, identificando como amenazas a…
«…actores regionales estatales malignos – países en nuestro vecindario, como Cuba, Venezuela y Nicaragua, que perpetúan la corrupción y retan a la libertad y la democracia…»
Almirante Craig S. Faller, Jefe del Comando Sur, Departamento de Defensa de EE. UU.
«Actores regionales estatales malignos»…¡los llaman, Comandante y Compañera! El documento completo esta aquí, en inglés original. Ya sé lo que estás pensando. Que estoy de imperialista, agachado ante el yankee, como diría la Vice Dictadora. Te propongo algo: cambiemos la narrativa que nos quieren imponer los embusteros de El Carmen, donde el mundo se divide en «buenos» y «malos». Ya estamos grandecitos, y entendemos que los países se mueven por intereses políticos. Yo, la verdad, no veo mucho entusiasmo en China por Nicaragua – ¡un saludo al Embajador de Taiwan, Jaime Wu! -, pero si Rusia «se solidariza», creeme, no es por la bondad de su corazón. Y si te vas a medir ayuda y comercio en pesos y centavos, Estados Unidos es más importante para la economía de Nicaragua que la ex URSS.
A suficientes «Naciones Unidas» les importa…
Este martes, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas aprobó una resolución, que para que nadie dude hacia quien va dirigida, tiene «Nicaragua» en el apellido: «Promoción y Protección de los Derechos Humanos en Nicaragua». Podés ver el documento original aquí – esta en inglés, porque es el idioma de la diplomacia internacional, ahórrame tu anti-imperialismo de juguete -. Son cuatro páginas donde le piden al gobierno que hagan las cosas que llevamos años pidiéndole que hagan, incluyendo garantizar elecciones transparentes.
Ya sé que estamos curtidos de resoluciones y comunicados contundentes, pero dos cosas quedan claras aquí: primero, que la diplomacia Orteguista es un desastre. No me extraña, considerando que esta depende del gringo caitudo Paul Oquist, el recién despedido Profesor Chiflado, y una que otra hija de policía – la recién despedida Elvielena Díaz Obando -.
Segundo, que el proceso electoral esta en la mente de todo el mundo. Para que después el Coma-andante no se haga el disimulado, la resolución dice expresamente:
«Afirmando que elecciones libres, justas, transparentes y creíbles, de acuerdo con obligaciones y estándares internacionales, son esenciales para una solución pacífica y democrática a la crisis de derechos humanos en Nicaragua, así como es la participación sin obstáculos de la oposición política y observadores nacionales e internacionales…Notamos con gran preocupación la falta de progreso hecho por el gobierno de Nicaragua…»
Reporte Anual del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Derechos Humanos y Reportes de la Oficina de la Alta Comisionada y la Secretaría General / Resolución 46: «Promoción y protección de los Derechos Humanos en Nicaragua». Marzo 23, 2021
Les traduje ese pedacito para que no tengan que esperar la traducción oficial. El texto confirma el plazo que la Organización de Estados Americanos (OEA) ya le había planteado al gobierno Ortega-Murillo (acuérdense, aquí el poder se reparte 50/50) para abrir negociaciones con la sociedad civil y los partidos de oposición, y adoptar reformas que garantizarían elecciones claras, limpias y competitivas para el 21 de mayo del 2021. Plazo fatal.
Quedan 60 días para haga lo que no ha hecho en 10 años – 50, sí le rebajamos los 10 días de vacaciones de Semana Santa. ¡Vamos por más feriados…en rutas de ocio!
¡El suspenso me va a matar!
O quizás no. Es aquí donde me pongo realista y les digo que salvo un acto de intervención divina – un repentino paso a otro plano de vida -, el fósil revolucionario no va a ceder. Llegará el 12 de mayo con alguna reforma cosmética, de esas que solo convencen a los jovencitos reclutados como extras para los montajes de La Escuelita del Abuelito Genocida. Perdón, los actos de masas donde la juventud escucha al Pueblo, Presidente.
Acuérdense, este señor mira el desastre humanitario de Cuba y dice, «¡Hey! ¡Eso no se ve tan mal!». Lo que no quiere decir que los nicas nos vamos a quedar de brazos cruzados. Tenemos que seguir las reglas del juego, aunque el contrincante no lo haga. Tenemos que presionar para que los grupos de oposición definan un candidato único, y llegar a ese plazo fatal del 12 de mayo. Ahí sabremos si existen condiciones para hacer una campaña. Mientras tanto, tomen una dosis de optimismo y vean como estuvo la votación en Ginebra:
Bolivia, China, Cuba, Eritrea, Filipinas, Rusia, Somalia y Venezuela bailan el «zekeda». Eso era de esperarse. Y realmente, no sé con que morro 18 países deciden abstenerse, pero bueno, ahí déjenlos. Es mejor que se abstengan, a que voten en contra. La sorpresa de la semana está en que entre los 30 votos a favor se encuentran dos otrora incondicionales del Comandante, con gobiernos de la «nueva izquierda» Latinoamericana: Argentina y México.
¿Será que ya se persuadieron de que la dictadura Ortego-Murillista esa una mancha en el expediente de su movimiento político? Quién sabe. Pero bienvenidos a la sensatez, muchachos. Ojalá se queden con nosotros.
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