En Nicaragua solo se habla de una cosa: la posibilidad de un nuevo diálogo nacional. No mentira, de lo que se habla realmente es de cómo irse de Nicaragua porque Daniel «El Masacrador de niños» Ortega insiste en no dejar piedra sobre piedra (otra vez).
Solo los parientes de presos políticos y algunos exiliados que se pueden dar el lujo de hablar de política, estamos hablando de esto. Suena cruel, pero es verdad.
La política dentro de Nicaragua se ha convertido en un privilegio exclusivo para los batracios, siempre y cuando sea para decir las maravillas que hacen Masacrín y su Vieja Arrimada (la Rosario Murillo). Hemos vuelto a los años 80 (todo mundo se quiere ir y si vas a hablar de los sandinistas, tiene que ser en privado, solo con gente de confianza presente).
Nicas (exiliados) debaten sobre el diálogo nacional
A estas alturas seguro ya vieron el programa Enfoques de mi primo Luis Galeano. Se transmite todos los viernes, siempre con invitados, para discutir sobre los temas de la semana. El viernes pasado Luis nos invitó a Álvaro Navarro, Francisco Larios y yo, Manuel Díaz. Aquí lo pueden ver, solo dura hora y media, tus datos seguro aguantan:
Todos los que participaron en ese programa, están fuera de Nicaragua. Eso explica la tranquilidad con la que podemos hablar de los «crímenes de lesa humanidad»que comete Daniel Ortega rutinariamente.
Diría que también explica la dificultad para ponernos de acuerdo sobre las posibles soluciones a la crisis, pero sería mentirles. La verdad es que los nicas podemos estar a punto de caer en un barranco y nos pondríamos a discutir si la mano derecha es mejor que la izquierda para sostenernos.
Yo lo sé. Ustedes los saben. Masacrín lo sabe, por eso es que está confiado en que se va a quedar en el poder hasta que le ronque. Eso y su gran capacidad de matar.
Pero ¿Cuál es el debate sobre el diálogo nacional parte 3?
La verdad no hay posiciones al respecto. Más que todo actitudes. Me voy a limitar a hablar sobre las actitudes de los azul y blanco, porque la mente batracia de Masacrín, no tengo las herramientas para descifrarla.
Empecemos por los sutiles guiños de ojo que hicieron algunos sandinistas el año pasado, incluyendo Ortega. Ellos hablaron de un eventual diálogo a comienzos del 2022. Nadie supo a qué se referían exactamente, pero dedujimos que la contraparte iba a ser el COSEP pirata que formó con el ahora caído en desgracia Leonardo Torres.
Del lado azul y blanco no se hablaba al respecto. Los pocos que lo mencionaban era para decir que si alguien se atrevía a hacerle caso a Masacrín, iba a ser visto como traidor a la patria. Vos sabes, la retórica para nada hiperbólica que tanto nos caracteriza a los nicas.
Pues bien, hace una semana, algunos familiares de presos políticos lanzaron su proclama de querer hacer puentes. No dijeron nada de diálogo, ni de negociar algo. Lo de quitar sanciones lo dijo el tapas alastes de Quiñones en su programa de 2 horas diarias que absolutamente nadie escucha porque es 2 horas de Quiñones pegando gritos (nos dimos cuenta por una notica de 100% Noticias).
A esta hora más familias de presos políticos han firmado la proclama (ya llegaron a 100) y no hay más información al respecto. Que el COSEP, la Alianza Cívica y CxL apoyen la proclama en su 100% (y otras organizaciones como la UNAB en un 50%), no significa nada. Esto sigue siendo un asunto de los familiares que quieren ver libres a sus secuestrados y Daniel Ortega, el secuestrador (que no ha dicho nada).
Entonces el debate que nos lanzamos en Enfoques, y que se está dando en Twitter, en realidad es sobre el aíre. Literal.
Nicas (exiliados) debaten sobre el aíre
Pero bueno, hay aíres de aíres. Para que no se sientan como que leyeron todo esto de balde, déjenme les explico las posiciones actitudes de cada quien.
Por un lado están los que quieren sentarse a negociar sobre un fin específico: la libertad de los presos políticos. No saben qué pueden dar a cambio (pues no cuentan con nada que Masacrín quiera), pero como están preocupados por sus familiares, por lo menos hacen explicita su disposición a sentarse a negociar con el asesino de miles, ladrón de elecciones, violador de menores, Daniel Ortega. Cada quien puso su firma, es decir, no están asumiendo la representatividad de toda Nicaragua. Ni siquiera están asumiendo la representatividad de todos los presos políticos. Solo los que firman dicen lo que está escrito en la carta (100 hasta ahora).
Ahora bien, del otro lado están los que dicen que éste es el famoso diálogo nacional que Daniel Ortega anunció el año pasado, y que es un intento (enmascarado) del gran capital y de los políticos de siempre, por reconciliarse con Daniel Ortega, para volver a los tiempos de romance pre-2018. Para ellos, los familiares están siendo manipulados por los millonarios, o los políticos vendidos o cualquiera de esos malos de la película.
Ahí tienen entonces, los ingredientes para el debate.
Pero la verdad es…
Hoy, hace un rato, nos sentamos con Dolly Mora, actual representante del movimiento político AUN, para discutir por qué ellos apoyan la posición de los familiares. Ella coincide en que esto es una conversación entre los familiares de presos políticos y el Gobierno. Nadie más. Si el COSEP, o la Alianza o ellos mismos apoyan, es desde afuera.
De alguna manera, esto responde a las preocupaciones de los que están pensando en el diálogo #3. Y de paso, parquea cualquier intención de figureo que más de algún político tal vez tenía.
El cambio más importante es que los familiares decidieron separarse de interlocutores políticos, para asumir ellos mismos, de forma directa, la negociación sobre sus presos. Este es el resumen de una línea. Todo lo demás es ruido.
Siempre y cuando esto sea así, yo apoyo la iniciativa.
¿Qué pensas vos? Espero tus comentarios abajo.
No se si MASACRÍN Y LA VIEJA ARRIMADA estarían dispuestos a dialogar con la gente que tiene secuestrada. Después de todo son los más indicados para tal encuentro, a todos los tiene en el mismo lugar; ellos solo tienen que acercarse. ELLOS ATRASAN.
Pues sí, ese es el problema. Pero los familiares no van a descansar hasta que algo pase.
No