A riesgo de acumular demandas e investigaciones de la Fiscalía, aquí en Bacanalnica nuestra posición oficial es que las sanciones impuestas contra la dictadura de Daniel y Rosario, el duo Pimpinela de los Crímenes de Lesa Humanidad, se celebran. Con bombo y platillo. Coca Cola y arroz con suerte en platito de cartón, con lo que viene siendo su bollito de pan. Así, nivel Primera Comunión.
Manejamos una tanda congelada en la «refri», para sacarla nomás anuncian el golpe y no estar esperando.
¡El #SancionesChallenge es la nueva moda viral que arrasa en la juventud de hoy! Canadá acaba de ponerse al día con varias estrellas que ya habían recibido lo suyo vía Estados Unidos, incluyendo a la promotora del feísmo en la moda nicaragüense, Camila Ortega Murillo. No pareciera, pero en El Carmen están felices, porque esto va servir de combustible para que el Comandante se levante de su lecho (de enfermo, de otro plano de vida, de pura y franca pereza, quién sabe…) para montar su show de agravios el 19 de Julio.
Quizás, con suerte. ¡Crucen los dedos, amiguitos!
Desvisados en masa
Ya el Tio Bacanalnica se despachó hermoso con las sanciones de Canadá, así que yo, que siempre estoy al filo de la noticia, les quiero hablar del desvisado en masa que el Departamento de Estado de Estados Unidos anunció a inicios de la semana, vía tweet.
Según el Secretario Antony Blinken, 100 militantes del régimen batracio se quedaron sin visa para viajar a Estados Unidos. La lista incluye a miembros de la Asamblea Nacional, fiscales, jueces y sus familiares. ¿Ideay? ¿Y para qué tenían visa de Estados Unidos estos personajes, si Estados Unidos es el Imperio del Mal?
Pues, ¿para qué va a ser? Para ir a Disneylandia, a conocer a Mickey Mouse. Para ir de compras a los outlets, así les rinden más los dos o tres sobresueldos que les pagan en las instituciones públicas. Para tirarse algún concierto de Camilo – bien que les gusta -. Y los de mayor corroncha, van a tener sus anchor babies, hijos con pasaporte gringo, que algún día les abran el camino a la ciudadanía imperial. Créanme, existen rojinegros de corazón en ese selecto grupo de advenedizos.
Ajá, pero…¿quiénes son esos desvisados?
Me gustaría saberlo. Pero Estados Unidos tiene la maña de proteger la privacidad de la gente – por lo menos, más que países como el nuestro -. Incluso protegen la de los sujetos que designa indignos de pisar su suelo. Así que no publican la lista de los premiados. Gracias, Tio Sam. Ni esa alegría nos podés dar.
Otra cosa que no hace, es notificarle a los sancionados sobre su nuevo status. Eso quiere decir que ahorita, todos los diputados, miembros del poder judicial y su parentela, estas asumiendo que le tocó terminación en la tómbola de los Masacrines.
Pero no llores por ellos. Quizás no halaron el gatillo de las armas utilizadas en ejecuciones sumarias, pero con su trabajo, el sudor de sus frentes – o de sus traseros en las poltronas de la Asamblea Nacional – contribuyen a que este sistema corrupto siga destruyendo la vida de los nicaragüenses. Ponen su nombre bajo el del dictador. Con su silencio, su esfuerzo, y su simple presencia, avalan los crímenes de lesa humanidad que destruyeron a más de 300 familias.
Que les quiten una visa es poco. Pero por lo menos, nos queda el consuelo de divertirnos imaginando el cuadro que van a hacer cuando quieran viajar.
El viaje a ninguna parte de Selim Avellán
En Septiembre del 2018, mientras el Comisionado de Policía Ramón Avellán sembraba el terror en Masaya, su hijo Selim, funcionario de Telcor, se preparaba para un viaje de trabajo a Corea. La del sur. La capitalista. Porque…¿quién jodido quiere ir a la de Kim Jong Un, aparte de Dennis Rodman? Ahí solo para exiliarse cuando el Comandante caiga, si Rusia no quiere agarrarte. ¿Frio o hambre? Escoge tu castigo, sapito.
Pero estoy divagando. El Junior Avellán iba feliz, hasta que llegó al mostrador de la aerolínea para buscar su pase de abordaje y chequear su maleta. Ahí, los empleados le informaron que no podía abordar el avión porque su ruta hacía escala en Atlanta, Georgia (la de Estados Unidos, no la de Putin) y su visa de Estados Unidos había sido revocada.
A Selim Avellán le cayó de rebote todo el peso de la Ley Magnitsky – ¡Gracias por nada, papá! – Igual, debe haber llegado a Corea del Sur – como se lo iba a perder, si es el fan #1 de BTS en Nicaragua -. Seguro que compró otro boleto, para hacer escala en Panamá o en alguna otra ciudad que sirve de conexión entre continentes. Pera la asareada del aeropuerto, esa nadie se la quita.
Así se forjó el asareo
Esto funciona así: el Departamento de Estado administra una lista electrónica de sujetos no pueden ingresar a Estados Unidos. A la hora de emitirle a los pasajeros sus pases de abordaje, los funcionarios en el aeropuerto cotejan con esa lista y ¡zas! es ahí cuando descubren el status del nuevo paria de los cielos.
Hasta ese punto, nadie sabe del status de indeseables. Las agencias de viaje no tienen acceso a ese documento. Si comprás directo en el sitio web de la aerolínea, o en un portal como Expedia o Kayak, no saben de tu vergüenza secreta. Así que los sancionados compran inocentemente, sin sospechar qué ya están fritos. ¡Salados, pescados! A saber que maroma tienen hacer después, para recupera la plata del boleto.
Esa es una inesperada extensión del castigo: pedirle cacao a una aerolínea. ¡Buena suerte con eso!
Pequeñas victorias que nos mantienen en la lucha
En el gran esquema de las cosas, que a un cómplice de Ortega le quiten la visa gringa no tiene mucha consecuencia. ¡Pero por lo menos, nos divierte! Imagínense a Carlos Emilio, descubriendo que no puede abordar el avión que lo llevará a un entrenamiento de yoga. O a Walmaro, perdiendo sus boletos para el Locomía Reunion Tour, 2021.
Pero claro, no todo es pérdida. Los sapitos más listos utilizan la noticia para ganar Chayopuntos ante los ojos de sus Secretarios Políticos.
Al Comandante le gusta decir que «las sanciones son agresiones contra el pueblo».
Es que así le dice él a su marimba de hijos, «pueblo». «¿Qué onda, pueblo?», dice las raras veces que pone Netflix en pausa y se arrima a la mesa a comer con ellos (de pie).
Ya en serio. El «desvisado» es claro ejemplo de una sanción de alcance eminentemente personal. Si sale de su cueva el 19 de Julio, quizás Masacrín nos explica cómo afecta al pueblo de Nicaragua que los 100 nuevos sancionados no puedan ir a Sawgrass o el Dolphin Mall para hacer sus compras de Navidad.
El marido de Rosario debería guardar el charchaleo para cuando le receten para la salida del CAFTA o un embargo puro y duro. Esas sí serían sanciones que afectarían la calidad de vida de todos los nicaragüenses. Pero antes de reclamarle a los EE. UU., piensen que es un país ejerciendo el derecho la autodeterminación.
Llegaremos a un punto en que Estados Unidos estará bien auto-determinado a no oxigenar a una dictadura por ninguna vía, incluyendo la comercial. Y la economía nacional se convertirá en daño colateral en una lucha mayor.
Antes de quejarse porque el Tío Sam ejerza su autodeterminación sin alinearse a los designios de la República del Carmen, piensen que la culpa de todo la tiene el maje que vio una inocente protesta de jóvenes en las calles, y decidió que matar a menores de edad era la única respuesta posible.
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