Vos sabes que con esto de la unidad, yo soy radical. Sí o sí, sea quien sea. Lo único que quiero es que sea rápido. Saladamente, la tal unidad ha sido de todo, menos rápida. Hoy, casualmente, estamos en otro de esos impases que serán determinantes para su futuro.
Hoy la Alianza se decide si desconoce al entenado, Coalicionito
Para que no digas que te estoy agarrando de improsulto un lunes en la mañana, te voy a sacar el historial de la unidad en Nicaragua en 10 pasos sencillos. Va a ser corto y rápido, tipo caponera, así que pone atención.
- Primero, marchas masivas en las calles, sin líderes.
- Entonces, Daniel «El Masacrador de niños» Ortega hizo lo que los masacradores hacen, masacrar.
- La Conferencia Episcopal reúne a un grupo de gente, sectores, notables, para que se sienten cara a cara con Masacrín en un diálogo. Nace la Alianza.
- Masacrín se hace el loco con el diálogo y termina la insurrección de abril con la Operación Limpieza, o sea más masacre.
- La Alianza, junto a otros grupos forman la Unidad Azul y Blanco.
- Hay un segundo diálogo.
- Salen presos políticos, pero NO TODOS.
- Acaba el segundo diálogo.
- La Alianza y la UNAB se juntan a otros grupos (más que todo, partidos políticos) y forman la Coalición.
- La Coalición, por ser mitad partido político, hace lo que los partidos políticos hacen, todo, menos unirse.
Y así llegamos a hoy lunes, 28 de septiembre, ya con nueve meses encima y ese chatel, Coalicionito, sin nacer.
La Alianza decide hoy, si sigue esperando que nazca el entenado o si se retira de ese «espacio abierto donde se acabó lo viejo».
Maje, han habido dos presentaciones de la Coalición ¿Cómo es eso que no ha nacido?
Esas conferencias de prensa que viste vos de la Coalición, eran como cuando las contracciones te hacen ir al hospital, pero todavía no es hora.
Para que nazca, primero tiene que haber un acuerdo entre los padres y como algunos de los papases son Arnoldo Alemán, Brooklyn Rivera y el hermano Saturnino (nombre real), pues, digamos que el chigüín la está pensando.
No lo culpo, yo también tendría un poco de miedo de venir al mundo con esas lacras en el cuarto de al lado.
Por eso la Alianza está dividida en la decisión. La Unidad, por razones de naranjismo pragmático, se mantiene firme en dicha decisión, pero si se sale el hermano mayor (la Alianza), tengan por seguro que va a tocar discutir de nuevo, si vale la pena quedarse.
Mientras ese drama de cuartería se desenvuelve, la ruta sigue siendo la misma: Masacrín se tiene que ir, no queremos guerra y como él no renuncia, las elecciones son el camino.
Reformas electorales, eso es lo que necesitamos
De aquí al comienzo de la campaña electoral (digamos marzo 2021), lo que necesitamos en Nicaragua, son reformas electorales. Sí, yo sé, justicia para los asesinos es necesaria e imprescindible, libertad para los presos políticos también, pero nada de eso es realmente posible, mientras el asesino, violador y ladrón de Masacrín, siga ocupando militarmente Nicaragua.
Su salida, pacifica, es a través de unas elecciones. Y esas solo se pueden tener si hay cambios en las reglas, los procedimientos y las personas que las acatan y los ejecutan.
Lo bueno es que aquí en este tema, hay bastante «unidad». Porque todo mundo ha firmado el documento que parece será respaldado por la comunidad internacional.
Los invito a invertir media hora de sus ocupadas vidas en esta entrevista que hizo el tío CeFeChe a una abogada que ha estado trabajando junto a otro mar de gente en esas reformas consensuadas:
El resumen prix, el resumen
Aja pues, a lo que vinieron. El resumen es el siguiente:
La mala noticia es que la unidad de «fuerzas vivas», sectores, grupos de la oposición, no está cerca. Al contrario, todavía faltan varios pleitos de aquí a febrero o marzo del 2021.
La buena es que las reformas electorales sí están listas y que la comunidad internacional (que son los únicos que pueden «convencer» a Masacrín de firmar algo), ya van a empezar su trabajo.
No parece mucho, pero en Nicaragua, el baldecito ese donde todos los cangrejos se jalan unos a otros para nunca salir, es bastante.
Diría que ahora menos que nunca, la «comunidad internacional» (fracturada por la crisis mundial y la derrota del multilateralismo) ha sido la pieza definitiva para salir de un régimen dictatorial. No veo buenas noticias.
Por eso el proyecto no puede ser tan ambicioso. Estamos largo de una solución elaborada, impulsada desde fuera. Pero, un plan mínimo que no cuesta mucho (como el de las reformas) sí es algo que los demás pueden respaldar.