A petición de ustedes 4, los que no dejan morir el blog de Bacanalnica, hoy vamos explicar con profundidad de monografía de secundaria, lo que ocurrió ayer con Carlos Fonseca en Twitter. Así que agarren la mecedora, saquen el pocillo de café y si tienen, abran la bolsa de rosquillas rivenses (las ricas), que hoy vamos a irnos profundo en el cuecho.
Todo empezó cuando UNAMOS (antes MRS) publicó desde su cuenta de Twitter, un mensaje con imagen incluida de la lucha de abril. La gran canteada es que la imagen que publicaron, pareciera a simple vista, una foto de Carlos Fonseca Amador, el fundador del FSLN que murió engañado.
Aquí una captura de pantalla de la publicación:
Yo mismo, cuando la vi, lo primero que pensé fue ¿Por qué Carlos Fonseca? ¿Qué tiene que ver?
Carlos Fonseca no tiene que ver con Abril 2018. Nada, cero
Horas después me di cuenta que la cara de Fonseca no era más que un fondo casual. La intención (deduzco) era resaltar los afiches que están pegados encima de su cara, los cuales sí son alusivos a las protestas cívicas de abril 2018.
Si nos ponemos exquisitos, tipo esos majes que se ponen a explicar lo que significan las obras de arte en los museos, podemos interpretar que los afiches encima son más bien un desafío al mural de Carlos Fonseca. O sea que la imagen más bien se trata de un acto de rebeldía contra los sandinistas.
Pero conociendo al MRS, digo UNAMOS, creo que la explicación más probable es que vieron la cara de Carlos Fonseca y dijeron «con esta foto matamos dos pájaros de un tiro».
Carlos Fonseca no aguantó el gas de Twitter
Yo, de Carlos Fonseca, no tengo mucha opinión. Si tuviera que describirlo, diría que es un señor bien fanboy del comunismo, ingenuo y hasta medio dundo, que fundó el Frente Sandinista de Liberación Nacional (el FSLN) en los años 60 y que murió cuando sus «compañeros» lo tiraron a los leones, porque ya no les servía de mucho. Por alguna razón me recuerda al vaquero aquel que sirvió de modelo para Marlboro y que murió de cáncer de pulmón.
Lo cierto es que una vez publicada la foto con su cara, la reacción fue unánime. En Twitter, Carlos Fonseca es tóxico. En menos de 12 horas, la foto fue borrada por el mismo UNAMOS. O sea que aquella canción de Carlos Mejía Godoy donde aseguraba que Carlos Fonseca era de los muertos que nunca muere, no contaba con el poder de Twitter.
Así de tóxico es Carlos Fonseca para Twitter Nicaragua. De hecho todo lo que tiene que ver con el sandinismo es tóxico. Miren esta encuesta que publiqué hace unas horas en el mismo Twitter:
Fíjense como sandinismo no solo es considerado tóxico, para muchos (la gran mayoría) es incluso más tóxico que el clásico somocismo.
El sandinismo es tóxico y el agua es mojada
Pues sí, eso ya todo mundo lo sabe. Por algo el MRS se cambió el nombre. El problema es que todavía hay unos viejitos engañados que creen que hay un sandinismo «verdadero», que no tiene nada que ver con lo que hemos visto en los últimos 40 años.
Me recuerda a aquella conversación que tuve la primera vez que visité Miami, con un amigo que vivía allá desde los 80. Le pregunté si los nicaragüenses teníamos fama de trabajadores, influenciado yo por lo que me decían mis parientes y amigos. Me dijo que la fama de los nicas era más bien de maltratadores de mujeres.
También me dijo que nos decían «indios». Un concepto que siempre me provoca corto circuito en el cerebro, pues estoy claro que indio se le llama a los originarios de India. En todo caso, nosotros somos indígenas.
Algo así le pasa a los que viven defendiendo que sandinismo es otra cosa. De qué sirve que en el «Programa Histórico» del sandinismo hablen de unicornios, dragones y hadas madrinas, si en la vida real el sandinismo siempre ha sido sinónimo de muerte, robo y destrucción.
Lo bueno es que ya son pocos los que siguen tratando de pelear contra los molinos. La entrevista que le hizo el primo Francisco a Támara Dávila hace unos días, me deja claro que el cariño se ha ido perdiendo.
Aun así, me parece una oportunidad perdida que los ex-compañeros de Daniel Ortega (hoy en la acera de enfrente) no aprovechen las circunstancias para desbancar la fantasía que todavía tienen unos sobre la Nicaragua de los años 80. Tendría un efecto devastador para los Ortega Murillo, tanto fuera como dentro de Nicaragua.
En el episodio 19 de Análisis No Oficial, con Enrique Saenz, hice un esfuerzo por hacer el argumento. No estoy seguro cuánto éxito tuve…
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