Todavía recuerdo la primera vez que me contaron sobre la existencia de una carrera dedicada exclusivamente a la diplomacia. Fue como oír que salió a la venta el iPhone15, cuando acabada de pagar la última cuota del iPhone 14. Yo, estudiando derecho por no dejar, bien hubiera podido meterme a la carrera soñada, para viajar por el mundo, con un salario de diplomático.
¡Cuanta inocencia!
La carrera diplomática en Nicaragua
En Nicaragua hay una ley que regula la carrera diplomática. La Ley de Servicio Exterior (número 358). Se hizo para evitar que los gobiernos de turno hicieran charanga con las embajadas, consulados y demás posiciones diplomáticas. Obviamente nunca se ha respetado y más bien se ha violado salvaje e ininterrumpidamente desde el día que se promulgó. La repartidera piñatezca de cargos nunca cesó, es un hecho, pero nunca al nivel que lo ha llevado Daniel «El Masacrador de niños» Ortega.
Decir que la diplomacia de Nicaragua está en manos de personas sin la capacidad necesaria para ejercer el cargo, es como decir que Putin se da un aíre a Hitler. No. Putin es Hitler (mejorado).
La diplomacia sandinista es… «especial»
Basta con hacer una búsqueda aquí en el blog de Bacanalnica para conocer la calaña de diplomáticos que emplea Masacrín. El maestro Ampie le llama «la diplomacia del picado escandaloso» (solo que como él es más educado, le dice «borracho gritón»).
Yo, personalmente, evito hacer mucho análisis de estos animalitos de la creación. Es como cuando matas de un chacletazo una cucaracha embarazada. Prefiero andar descalzo hasta la próxima quincena, que levantar esa chinela. Así es revisar la lista de diplomáticos de Ortega. Pero bueno, cuando toca, toca.
Empecemos por El Payaso Moncada, el gran Petipua…
El sex symbol batracio, Bigotito Fino…
Arturo Mcfields que en vez de estudiar la tal carrera esa por 5 años, solo tuvo filmar por 5 minutos la casa piñateada de Daniel Ortega y ya, carrera diplomática ven a mi…
Vergonzoso sin duda, pero como diría Steve Jobs:
¡Hay más!
Daniel Ortega toca fondo y saca la pala
Dice el dicho «en el pozo y cavando». Así es Daniel Ortega. Vio a ese dream team de la diplomacia batracia y dijo, «está bien, pero podríamos estar mejor».
Fue así que llegamos a las hazañas de los últimos días. Empezando por esta señorita, extraída de las alcantarillas más profundas de UNEN (obviamente):
¿Será que la tal carrera esa de diplomacia tiene una materia que te enseña a no hablarle golpeado al plenario de las Naciones Unidas? Si no la tiene, urge que la UNAN saque un diplomado. El cual también debe incluir un módulo sobre el arte de hacer «copy/paste». Los sapitos de UNEN están tan acostumbrados a sacar así las clases, que ahora lo convirtieron en política exterior:
Ese es Juan Pappier, un diplomático (de verdad) que trabaja para Human Rights Watch, entrevistado por Confidencial esta semana. Asustado por el profesionalismo de los empleados de Daniel Ortega. Hermanito, ojalá nunca te toque ir a una delegación de la policía sandinista.
Como sea, estoy seguro que Daniel Ortega ve a los diplomáticos de Putin y dice «todavía nos falta compañeros»…
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