Nada como una guerra para arengar a las masas para que se unan detrás de un caudillo. Daniel Ortega está que se rasca por armar pleito pronto. Como se esta acabando el pan, tiene que incrementar el circo para mantener a su gente distraída. Ve a su carnal Vladimir rondando Ucrania, y se le ponen aguados los ojos. ¡Él también quiere!…pero los enemigos de siempre no ponen de su parte.
Estados Unidos: el enemigo «todo propósito»
Desde los inicios del FSLN, el partido de las cuatro letras ha utilizado a Estados Unidos – «El Imperio» – como su némesis. En la segunda etapa de la revolución, Masacrín sigue con esta augusta tradición, pero cada vez se hace más difícil que nuestro vecino del norte funcione como enemigo ideal. Primero, porque no hay ninguna guerra en proceso, apartando la que los Ortega Murillo libran contra los propios nicaragüenses. Segundo, porque menos que un enemigo, la potencia amiga se ha convertido en el destino que más atrae a los exiliados nicaragüenses. ¡Hasta los paramilitares llegan pidiendo asilo, disfrazados de azul y blancos! Ni ellos aguantan el ácido.
Solo el año pasado, más de 85 mil nicaragüenses fueron detenidos en las fronteras de Estados Unidos, tratando de ingresar irregularmente al país. Y no lo digo yo, los dice el United States Customs and Border Protection (CBP, por sus siglas en inglés), la agencia federal encargada de la velar por la seguridad de las fronteras. Si esos son los detenidos, imagínense cuántos lograron pasar…y cuántos mas tienen visa, y pudieron entrar como turistas.
Y claro, toda esa gente va a mandar remesas a los familiares que tuvieron que dejar atrás. Es es el salvavidas que va mantener a flote la economía nacional en los años venideros.
El Comandante se ha desgalillado en sus discursos, equiparando las sanciones con «agresiones». Pero como los efectos no quedan a la vista, es difícil que el mensaje cale realmente en su base. ¿Se te va inflamar el corazón con patriotismo ante la idea de que Wálmaro recupere su tarjeta de crédito?
Quizás a Wálmaro sí, pero a nadie más.
Costa Rica: «cosa juzgada» en el Río San Juan
Los conflictos limítrofes con Costa Rica ya corrieron su curso en la Corte Internacional de Justicia de La Haya. Al final, los libretazos de Edén Pastora y las rabietas de Ortega le salieron caras a Nicaragua. La Corte le adjudicó al vecino del sur 10 mil kilómetros cuadrados de plataforma marítima y la playa de Isla Portillos.
Todavía me acuerdo de las imágenes de un puñado de JS con las camisetas de rótulo del oficialismo, levantando pancartas en una playa. Súper espontáneo, todo eso. Funcionó muy bien, eso…¡para Costa Rica!
Costa Rica es, además, otro destino importante para el exilio y los trabajadores agrícolas itinerantes – ¡Hola, remesas! -. Mejor aún, el candidato presidencial José María Figueres, el favorito para convertirse en el próximo presidente, aseguró que mandaría un Embajador a Nicaragua y que «limaría asperezas» con Ortega.
A Ortega esto le suena lindo, porque mejora su posicionamiento internacional. Así que olvídense de que vaya a andar de busca-pleitos con los ticos (al menos, por ahora).
Honduras: Xiomi, ¿verdad que somos prixes? ¿Verdad?…
Daniel es pofi de Mel Zelaya, el «Primer Caballero» de Honduras, así que ahí no hay pleito posible. Pero claro, eso no quiere decir que la nueva presidenta, Xiomara Castro, se dejará caer en la espada por el primo. No en balde, la invitada estrella de la toma de posesión fue la vice presidente de Estados Unidos, Kamala Harris.
Las comparaciones son odiosas, pero el delegado de Nicaragua fue Petit Pois. Será muy Canciller, y todo lo que querrás, pero vos y yo sabemos que cuando el régimen hace ofensiva de cariño, a quien manda es a Laureano.
Castro tiene que encontrar un balance entre el «socialismo del siglo XXI» y las buenas relaciones con Estados Unidos. En ese contexto, Daniel Ortega es el convidado de piedra. Es decir, una amistad inconveniente. De lejitos se ve mejor.
De remate, Estados Unidos acaba de anunciar la inclusión del ex presidente Juan Orlando Hernández en la lista de Agentes Corruptos y Anti-Democráticos. Los juicios en que ha sido mencionado como engranaje en operaciones de narcotráfico siguen su curso en las cortes gringas. Mientras tanto, el narco-presi empieza su período como diputado del Parlamento Centroamericano. Según los analistas, esto no se traduce en inmunidad.
El destino de Hernández, de cara a sus deudas pendientes con la justicia, supone una gran interrogante para la administración de Castro. ¡Y de Ortega! Con Mauricio Funes y Salvador Sánchez Cerén convertidos en nicaragüenses para burlar a la justicia de sus países, no es de extrañarse que un pasaje sin retorno a Managua termine siendo la solución. Daniel le hace «el volado» a Zelaya-Castro de agarrar el paquete.
Si los gringos reclaman, pueden decir «¡Yo no fuí, fue Daniel!».
La herencia de Juan Orlando: pleito con El Salvador
Hernández viene de la derecha. Por eso, y muchas razones más, era extraño verlo acercándose tanto a Ortega. Esos niveles de pipencia solo se veían con los príncipes del Alba. Pero ahí estaba JOH, en el ocaso de su presidencia, peregrinando a El Carmen para firmar un acuerdo limítrofe sobre el Golfo de Fonseca, el 27 de Octubre del 2021, Ortega. Muy lindo y todo, pero el tercer país con costa en el Golfo de Fonseca, El Salvador, brilló por su ausencia.
En medio de la lluvia de sanciones y condena internacional por la debacle institucional de Nicaragua, Ortega montó este evento para disfrazarse de estadista por un ratito. Claro, no mencionaba que la sentencia de la Corte Internacional que sustentaba el tratado data del año 1992. Eso quiere decir que al Comadante le tomó…14 años ratificar la decisión. Es como cuando nos quiso vender el restablecimiento de relaciones diplomáticas con China como algo «natural». Si era tan natural…¿por qué se tardo 14 años en hacerlo?
Además, sin El Salvador sentándose a la mesa para firmar, el tratado es tan efectivo como la Constitución de Nicaragua hoy día. Es decir, papel mojado.
Ahora sí, se armó…
El desinterés de Bukele por involucrarse con la diplomacia sandinista allana el camino a un conflicto internacional, o al menos, a un duelo de tapas alastes. Con eso le basta al Comandante para inflar de patriotismo el corazoncito de sus sapitos.
El 6 de febrero, Denis Moncada envió una nota de protesta a su homóloga salvadoreña, Alejandra Hill, protestando por la supuesta incursión de naves militares salvadoreñas. Según reportes en medios de El Salvador, en la zona se ejecutó un quiebre al narcotráfico. Hasta Bukele tiró la noticia en su cuenta de Twitter.
Según los medios salvadoreños, la lanchita venía de Nicaragua. Ahora no sabemos si El Carmen está bravo por la supuesta invasión, o porque le quitaron el cargamento a «los muchachos».
Esperen ahora un duelo de notas de protesta que va a poner a los cancilleres a trabajar horas extras. Y encendidas denuncias en los discursos de ambos caudillos. La verdad que el parapeto de conflicto beneficia tanto a Ortega como Bukele. Nada unifica más a la gente como el espejismo del nacionalismo, enfrentado contra un enemigo foráneo – no importa que sea real o imaginario -. Con el espectro de la guerra merodeando, la gente le pone menos atención a problemas internos, como el autoritarismo, el desgaste de la institucionalidad y las constantes violaciones a Derechos Humanos.
Es tan ventajoso para ambos, que no me extrañaría que estén de acuerdo en hacer la mueca.
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