Como celebrar 200 años de independencia suena a broma cruel en Nicaragua, mientras está bajo ocupación militar del Reino Batracio, vamos a hablar mejor de la otra fecha que conmemoramos en estos días, la Batalla de San Jacinto y la piedra de Andres Castro.
A Daniel «El Masacrador de niños» Ortega le encanta reescribir la historia. En los últimos 10 años pasó de ser un Comandante a control remoto, a ser el arquitecto y principal operador de la Insurrección contra Somoza. ¿La Guerra Civil de los 80? Dice que es una intervención del Imperio contra los inocentes sandinistas.
Al suave Masacrín ha escrito más libros de ficción que Sergio Ramírez, solo que en vez de venderlos, los regala en los colegios y obliga a los alumnos a leerlos.
En esa revisión histórica de los sandinistas, se ha perdido de vista que William Walker, si bien era gringo, no era «el» Imperio de Estados Unidos invadiendo Nicaragua. A decir verdad es todo lo contrario.
La guerra civil de Estados Unidos
William Walker en realidad era un enemigo acérrimo de Estados Unidos. Como chele nacido en el sur (Tennessee), era esclavista y a mucha honra. Los Estados Unidos llevaban ya casi 100 años de haberse independizado del Reino Británico y en todo ese tiempo, no habían logrado que los Estados del Sur dejaran ese vicio tan feo de la esclavitud. Para referencia, en Nicaragua se abolió la esclavitud en 1823. En Estados Unidos primero tuvieron que pasar por una guerra civil, antes de finalmente abolirla en 1865 (más de 40 años después que nosotros).
Esa Guerra Civil por la esclavitud, fue entre los Estados Unidos (que obviamente ganaron y por eso se quedaron con ese nombre) y los Estados Confederados (que no querían perder sus esclavos). Hoy en día, el rezago de esa mentalidad sureña, te trata de vender la idea que hay un trasfondo ideologico detrás de la guerra. Pero la verdad es que se trataba de pesos y centavos. Y racismo. Mucho racismo.
«Es difícil hacerse rico, si le tenes que pagar a tus trabajadores. Y como los esclavos no cobran, pues… Además ¿Cuál es el gran daño? Si los negros esclavos no son personas, como nosotros los blancos.»
Si bien la Guerra Civil fue en los 60, Walker en los 50 la veía venir. Por eso, hizo su lucha por conquistar parte de México y así estar preparado para la inevitable guerra contra Estados Unidos. Decir que fue derrotado en México sería como decir que un maje de UNEN no es muy inteligente. Perdió como perdería Masacrín si se atreviera a participar en elecciones libres.
Walker, presidente de Nicaragua
Después de su fracaso en México, Walker fue contratado por los Liberales de Nicaragua para convertirse en el jefe de sus paramilitares. Hacé de cuenta, un Comisionado Avellán.
Él, que no era bruto como Avellán, hace maletas, llega a Nicaragua (lo nacionalizan) y rapidito derrota a los Conservadores. Luego, le da volantín a los Liberales (con los que supuestamente estaba «aliado») y se proclama Presidente de Nicaragua de la misma manera que Somoza lo hizo y Ortega lo hace ahora. Inmediatamente revierte la abolición de la esclavitud y comienza a hacer planes de conquistar toda Centroamérica. Lo que no pudo hacer en México, en Nicaragua le salió chiche, gracias al eterno pleito entre Liberales y Conservadores.
O sea que sí, es cierto, Walker fue presidente de Nicaragua con todas las de ley. O por lo menos, con la misma legitimidad que tuvo Somoza (1, 2 y 3), o ahora Daniel Ortega. De hecho, se podría hacer el argumento que a pesar de su racismo y pretensiones esclavistas, Walker todavía fue menos dañino que los sandinistas, pues no carga con 50 mil muertos a tuto. Aunque también es cierto que quemó Granada y el último Somoza bombardeó varias ciudades. Así que está peludo definir al más pior de todas las joyitas que nos han tocado. Que triste que en Nicaragua hay tantos presidentes genocidas, que hasta campeonato con semifinales se puede hacer.
Eventualmente, los liberales, con los conservadores, respaldados por el resto de Centroamérica, logran vencer a Walker. Se supone que fue en Masaya donde se decidió todo, pero todo mundo recuerda la Batalla de San Jacinto porque fue ahí donde Andres Castro tiró una piedra.
El verdadero héroe es José Dolores Estrada, un coronel que logró vencer la superioridad tecnológica de los filibusteros, con flechas de Matagalpa y piedras de Tipitapa. Obviamente Don Lolo era un genio militar. Después de la retirada de Walker, lo nombran general, poco después se exilia a Costa Rica cuando los liberales y conservadores otra vez se enfrascan en una guerra civil y finalmente regresa a Nicaragua donde por fin recibe todos los honores de un héroe nacional.
Andres Castro en cambio, muere apuñalado por un marido celoso que lo emboscó a la salida de su cantina favorita.
Conclusiones históricas
Recapitulando, para cuando podamos celebrar estas fechas en libertad y Masacrín ya no esté proyectando sus inseguridades en los libros de historia, vamos a poder discutir la verdadera historia:
- El héroe del 14 de septiembre es José Dolores Estrada.
- La batalla de Masaya (11 de octubre) es mucho más importante que la de San Jacinto.
- William Walker es tan enemigo de Estados Unidos, como de Nicaragua.
- Antes de los Estados Confederados, existió la Nicaragua esclavista de William Walker, digamos que fue un predecesor ideológico.
- William Walker no invadió Nicaragua, los liberales lo invitaron a venir.
Entre 1821 (año que consideramos de la independencia, aunque no lo sea) y 1856 (año de la batalla de San Jacinto) hay 35 años. Nada tiene que ver una cosa con la otra. Es más, si acaso hay algo que celebrar, yo diría que es el hecho de que gracias a los nicas estrellas (típico), Centroamérica se unió como una sola nación para defenderse de la tiranía.
De nada, Centroamérica. De nada.
*Foto de portada obra de julygomz
Efectivamente, el héroe de San Jacinto fue José Dolores Estrada. Mi padre, quien ahora tendría 123 años de vida, fue alumno en el colegio de Don Santiago Arguello de Don Sofonias Salvatierra quien promovía el cuento de la pedrada de Andrés Castro. Me contaba mi padre que Don Sofonia les decía a sus alumnos de historia patria que él hacía ese “trabajo” de promover a Andrés Castro y el cuento de la pedrada porque “los pueblos necesitaban héroes”. Era parte del concepto filosófico de la historia que tenía “Don Sofo”, me decía mi papá.