Hoy me llegó un correo con una oportunidad innovadora de hacer dinero. No les voy a decir de qué se trata todavía, solo recuerden: la nota de hoy tiene el potencial de hacerlos $200 dólares más ricos, sigan leyendo…
En el 2020, el sector privado pegó el grito al cielo por el incremento en la «ola de asaltos» que estaba golpeando a Nicaragua. A como diría la doñita que siempre entrevista el Canal 10 cuando llega al barrio a cubrir un asalto, «ya no se aguanta la robadera aquí».
En el 2021, como todo en Nicaragua, las cosas han empeorado. Comprobarlo no es fácil. La Policía Sandinista se ha hecho la sueca con los datos oficiales del 2020. Sí, todavía no hay datos del año pasado. Así que para ver los de este año, esperen en una hamaca.
Lo bueno es que cuando uno tiene tantos primos y tíos, esa información se consigue. Le pregunté a la experta número 1 en temas de seguridad, mi prima Elvira Cuadra, si sabía cómo íbamos en el 2021 y solo me dio un dato que bastó para pararme los pelitos de la nuca:
«Prima, la ola de asaltos del año pasado ¿se calmó este año?», le pregunté.
No, no se ha calmado. Al contrario, se mantienen con el mismo nivel de riesgo y violencia tanto en las zonas rurales como en las zonas urbanas.
En los primeros seis meses de este año, enero-junio, se han incrementado los asesinatos y se dice que la mayoría de ellos están vinculados con robos o asaltos.
Pasamos de tener un promedio de 21 asesinatos por mes en 2020 a 25 en los primeros seis meses de este año.
Elvira Cuadra, experta en seguridad
¡La sangre cristo! O sea que esos videitos de asaltos que de pronto nos salen en WhatsApp, son solo la puntita del Iceberg. Y nosotros somos el Titanic.
Como en Nicaragua todos los caminos llegan a El Carmen, hay dos tesis sobre la razón del aumento, y las dos tienen que ver con Daniel «El Masacrador de niños» Ortega.
Daniel Ortega, para hacer espacio, libera delincuentes
La primera tesis es que para hacer espacio en las cárceles, o bien, para tener más paramilitares, Daniel Ortega ha indultado miles y miles de delincuentes.
Entre el 8 de enero del 2018 y el 13 de febrero de este año, el Gobierno ha dado 9,934 beneficios de convivencia familiar a reos condenados o procesados principalmente por los delitos de tráfico de drogas y robo agravado, según un registro del Sistema Penitenciario Nacional. El Gobierno lo denomina perdón presidencial y por este los reos deben agradecer al comandante Ortega.
La Prensa, 28 de agosto de 2020
Esta noticia la publicó La Prensa hace un año. En este 2021, en marzo, el 19 digital informó que Masacrín había liberado a otros 800 reos…
O sea que ya pasamos los 10 mil delincuentes liberados … y seguiremos contando. Uno por uno, estos recién liberados, cumplen con el rito de agradecer al Comandante y a la Compañera Arrimada.
Ahora bien, obviamente no toda esta gente sale directo a ponerse el uniforme de polícia sandinista (o el de paramilitar, que es más casual) y a robar, violar y matar se ha dicho. Pero, digamos que si Masacrín los está liberando, algo a cambio debe estar recibiendo. En un país, donde la justicia dejó de funcionar hace años (¡gracias Payo Solis!), uno no puede evitar sentir suspicacia…
Comercial:
Aprovecho la oportunidad para exigir la liberación de los secuestrados políticos que están siendo «retenidos» en El Chipote, por el gran miedo que le tiene Daniel Ortega a que los ciudadanos se quejen de sus crímenes de lesa humanidad.
La otra tesis es que los delincuentes, al ver que la Policía Sandinista vive ocupada reprimiendo a todo hijo de vecino que saca unas chimbombas azul y blanco, para aliviar las inseguridades de Daniel Ortega…
Pues, los delincuentes aprovechan y hacen su agosto. Si ven los videos, los majes a veces ni armas usan y ni siquiera se apuran al huir, porque saben que no los van a perseguir.
La prima Elvira lo resumió muy bien en una entrevista que le hizo La Prensa hace poco:
El hecho de que la Policía dedica más esfuerzos a la represión que a la prevención del delito; la existencia y actuación impune de los grupos paramilitares; una mayor presencia de armas de fuego en manos de civiles y los indultos a personas que pagaban condenas por delitos comunes.
Todo esto ha llevado a otras expresiones de la violencia, que en algunos casos son nuevas en el escenario de la inseguridad del país. Por ejemplo, la forma en que se cometen los asaltos.
Elvira Cuadra, para La Prensa, 5 de julio de 2021
Más robadera, menos Policía
Todo esto nos lleva al problema de fondo, ¿Qué podemos hacer? Si poner la denuncia en la Policía es perdida de tiempo, ¿Cómo nos protegemos?
Las redes sociales han servido de maravilla. Los negocios mismos han ayudado al regalar los videos de las cámaras de seguridad, para que se rieguen como pólvora en Facebook, Twitter y hasta WhatsApp.
Por culpa de la pandemia y las mascarillas, se hace difícil reconocer a los delincuentes, pero el modus operandi se hace público y ya con eso uno puede protegerse.
Denunciar en Internet se ha convertido en nuestra única salida, a una situación cada vez más compleja.
Pero ¿y si llevamos esto un paso más allá?
Les cuento la oportunidad de negocio
Esta nota la comencé diciendo que había recibido un correo, donde «alguien» me ofrecía $200 si reconocía a un individuo que sale en unas fotos. Me pareció tipo los correos que me manda el príncipe de Nigeria, así que hice mis averiguaciones y no se imaginan mi sorpresa cuando confirmé que la recompensa es legítima.
No les puedo dar más detalles, porque me pidieron discreción, solo les puedo decir que la recompensa existe y que se la darán a todo el que brinde información sobre la persona que aparece en estas fotografías.
Pues sí, el sujeto tiene mascarilla, y las fotos no son de CSI, pero es lo que hay, así que no pidan más.
Me pueden escribir a info@bacanalnica.com y yo personalmente los voy a poner en contacto con el interesado. Como dicen en los grupos de Facebook de venta de celulares usados, «inbox, solo gente seria por favor».
Y si ustedes también tienen su propio video, o fotos, con un maje que quieran identificar, con recompensa o sin recompensa, me pueden mandar un correo a la misma dirección, que yo mismo me encargo de publicarlo.
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