Yo, al igual que vos, ya no veo mucho sentido en ir a elecciones. En Nicaragua, la única diferencia entre un azul y blanco y otro, es que uno piensa que no sirve de nada ir a elecciones desde hace 2 años, y el otro desde hace un año. Yo, he sido de los más «tardados» en llegar a esa conclusión nefasta. Ganándome por ello, el cariño incondicional de las turbas que rondan en twitter y facebook que ven como vendido a todo el que no piensa como ellos.
Como adolescentes contando «su momento en que todo cambió» (sexo, hablo de sexo), les confieso que la gota que derramó el vaso fue ver como la Fiscalía sandinista puso momentáneamente modo casa por cárcel a Berenice Quezada, candidata a vice de la Alianza Ciudadanos por la Libertad. No la secuestraron, como a los otros candidatos que siguen desaparecidos (de hecho ayer salió un comunicado donde aclaraban que la iban a dejar en libertad para enfrentar a la justicia batracia), pero es un hecho que la Miss está inhibida para participar en las elecciones.
Este acto sandinista revolucionario, para nada sorpresivo, me impactó más de lo que me siento cómodo aceptarlo. Daniel «El Masacrador de niños» Ortega, tiene miedo, eso es un hecho. Pero más importante que declarar lo obvio es asimilar lo que Masacrín está a dispuesto a hacer, motivado por ese miedo.
El miedo de Daniel Ortega
Veamos la evolución de ese miedo de Daniel Ortega (o más bien, de la reacción al miedo). Antes del 2018, Masacrín estaba dispuesto a usar a las turbas para fajear y golpear a cualquiera que participara en una manifestación en las calles. Esa respuesta era complementada con el papel de la Policía Sandinista, quien se hacía cargo de limpiar la escena del crimen. ¿Recuerdan #OcupaINSS?
De igual manera, como Ortega es el amo y señor de todo el Reino Batracio, es decir, controla absolutamente todos los ámbitos de poder del Estado nicaragüense, usaba a jueces, leyes, etc. para mantener controlado al país. Con gran éxito además, a pesar de no matar. Ahora cuesta imaginarlo, pero antes del 2018 casi nadie se sentía en peligro de muerte si se atrevía a opinar.
En el 2018, el miedo subió, cuando las manifestaciones incrementaron en número e intensidad. Jóvenes, hartos del status quo, pusieron el pecho y demostraron que los fajasos no los iban a amedrentar. Campesinos utilizaron una herramienta aprendida de los mismos sandinistas y montaron tranques por toda Nicaragua.
La reacción de Masacrín a ese miedo duplicado fue sacar todas sus armas, bajo la consigna vamos con todo.
Cerró y confiscó medios de comunicación. Las turbas fueron sustituidas por paramilitares (algunos uniformados de policía, otros no) armados hasta los dientes, dispuestos a matar por el Comandante. El Cártel Sandinista cerró filas y defendió su territorio como cualquier otro cártel de Colombia o México. Hasta los doctores sandinista cumplieron su papel, al negar atención médica a los heridos (Alvarito Conrado estaría vivo si no fuera por eso).
Todo el 2018 fue lo que Sonny Corleone llamaría «irse a los colchones». Ya no hacía falta disimular su gran capacidad de matar. Y como los cárteles más recientes en México, las nuevas reglas del juego no perdonaban a nadie, ni siquiera a los niños más pequeños, a como pudimos constatar cuando quemaron a una familia entera en el barrio Carlos Marx.
Operación limpieza le llamaron, y la ejecutaron de forma impecable. Más de 100 mil salieron de Nicaragua huyendo (yo incluido), una cuenta oficial de más de 300 muertos (la cuenta no oficial es mucho más alta), cientos de heridos y cientos de secuestrados (que a su vez han sido torturados).
Después de la Operación Limpieza, la siguiente etapa, si bien ha sido menos mortifera, ha sido igual de impecable en su ejecución. Se trata de mantener el control. Alguien se atreve a colgar la bandera de Nicaragua en su carro, la Policía Sandinista los detiene y destruye la bandera. Alguien se atreva a pegar un grito de protesta en una calle (o en su casa), en 10 minutos está una patrulla de policías obligandolo a guardar silencio so pena de cárcel. El miedo de Ortega ahí está, ahí sigue, pero la reacción cambia.
Operación Danto 2021
En 2021, con todo el tiempo del mundo que tuvo para planear la nueva estrategia, Masacrín ha implementado el nuevo plan para «solucionar» el tema de las elecciones. Un ser humano normal pensaría que la nueva estrategia debería de buscar un balance entre la obsesión de no soltar el poder (o más bien, el miedo a perderlo) y la necesidad de aparentar ser una república y por lo tanto crear una versión de elecciones que pueda generar alguna legitimidad.
Pero no, el gen batracio en Masacrín es poderoso, y en cambio hemos visto desplegada una estrategia que opta por irse al extremo.
¿Nicaragua y los países vecinos pidieron reformas electorales? Daniel Ortega dijo nel pastel, o más bien, reformó para el otro lado. El lado contrario de la democracia. Es más, de ipegüe, hasta creó leyes nuevas para darse más campo de acción a la hora de hacer su fraude electoral.
¿Le pedían bajarle a la represión y liberar a los presos políticos? Pues él más bien intensificó la represión y multiplicó el número de presos políticos. Al punto que otra vez miles se están exiliando para huír de su represión en Nicaragua.
¿Le pidieron competir en elecciones? Él está secuestrando a todo aquel que se atreve a ser candidato en las elecciones, a veces incluso antes de manifestar tal decisión. Como dice mi primo Eliseo, Masacrín es como Minority Report, que manda a la Policía Sandinista antes de que se cometa el crimen.
¿Hasta dónde llega esta nueva etapa? Ayer me quedó claro que al igual que con la Operación Limpieza, Masacrín está dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias en esta nueva etapa electoral. No le importa que el mundo vea su miedo y su desesperación.
Ayer por fin vi, lo que tantos han visto ya por varios meses, que aunque le ganes y le dejes caer encima 2 millones de votos, él no va a soltar el poder. Daniel Ortega no va a perder las elecciones, punto. No importa la cantidad de votos en su contra, como puede robárselas, y tiene miedo, pues ha demostrado que se las va a robar sí o sí. Habrán consecuencias, claro, pero él esta dispuesto a asumirlas.
Entonces ¿Cuál es la salida para Nicaragua?
Cada vez que pienso en Nicaragua y más específicamente, mi regreso, pienso en que los cambios de gobiernos solo se dan por un número determinado de opciones, cinco:
- Guerra
- Elecciones
- Renuncia
- Destitución o golpe de Estado
- Muerte
Si guerra nunca ha sido una opción y elecciones ya estoy convencido que no será. ¿Qué queda?
Renuncia …
Jajaja jajaja jajaja… ¿Masacrín, renunciando? jajajaja jajajaja jajaja
Aiiiiich.
En fin, sigamos con destitución o bien, su primo más intenso, el golpe de Estado.
Daniel Ortega siempre ha estado claro de los 5 caminos que lo pueden llevar a perder el poder. Por eso, ha manejado con mano dura su Reino Batracio. Ya aquí hemos hablado de las llaves del poder que sostienen a cualquier dictador (porque estemos claros, Masacrín ni siquiera se aguanta el AK, así que solo, no puede).
Ortega muy inteligentemente se buscó a los menos peligrosos para ser los pilares que sostienen su poder. No es casualidad que el JS promedio, o cualquier maje de UNEN, con costo sepa escribir su nombre. Tampoco que Gustavo Porras sea el presidente de la Asamblea Nacional o que el Chele Analfabeta (Julio César Aviles) esté a cargo del Ejército.
Poner a un recurso humano evidentemente no calificado para el trabajo que desempeña es completamente intencional. En el Reino Batracio, esa es la principal cualidad que podes tener para gozar de seguridad laboral.
Por eso, esperar que esta gente se le voltee al Comandante, es igual de iluso que esperar que el Comandante renuncie. No mentira, esperar que Daniel Ortega renuncie es quizá la ilusión más ilusa de todas las ilusiones que ha existido en la historia de la humanidad.
Digamos que esperar que alguien como el Jefe de la Policía Sandinista (el consuegro Chico Díaz) se volteé, esta al mismo nivel que esperar que Daniel Ortega salga por la vía electoral.
Ya te veo diciendo «Ideay tío Bacanalnica, tanto pedo para cagar aguado». Primero, que vulgar que sos, me da verguenza que seas uno de mis cuatro lectores. Ahora tenes que dejar doble donación allá abajo.
Segundo, tenes que tomar en cuenta que no todo mundo es así de inútil como las perlas que acabo de mencionar. En el Reino Batracio, todavía hay gente pensante. O mejor dicho, oportunistas.
Que pase Bayardo Arce
Mi termómetro es Bayardo Arce. En los años 80, Bayardo Arce era famoso porque mandaba a traer Whisky y Marlboros en un avión. Mientras unos se preocupaban por disimular los privilegios de ser comandante de la revolución, Bayardo Arce disfrutaba en su casa de El Velero. Digamos que Bayardito, sandinista sí es, pero marxista, leninista o palmado, no.
Te lo puedo resumir en una palabra: AGRICORP.
Por eso digo, Bayardo Arce es mi termómetro. Si lo vieron en el Congreso Sandinista levantando la mano 2 veces, es porque después de hacer el balance, él vio que todavía obtiene beneficios apoyando a los Ortega Murillo. Porque si buscan en el diccionario sandinista el concepto de «Oportunista», la palabra sale tachada y con la siguiente leyenda: «Dice el Comandante Arce que esta palabra ya nadie más la puede usar porque ahora es de su uso exclusivo.»
No es el único, obviamente. Payo Solis fue uno de los primeros en abandonar el barco, y cuando se salió, fue un golpe duro al poder de Ortega. Si de pronto 100 Payos Solises, o bien 100 Bayardos Arces deciden que mantener a Daniel Ortega y su familia en el poder ya no vale la pena (porque analizaron friamente el costo-beneficio), pues… se llamaba Masacrín.
Así que ese es el nuevo plan. Que el costo de mantener a Daniel Ortega sea tan alto, que los oportunistas del Reino Batracio decidan que se tiene que ir. La mala noticia es que no pareciera que estemos cerca de ese punto, recien me contaron que Bayardo Arce anda en un Mini Cooper nuevo.
O sea que si queres saber cuándo será libre Nicaragua, hay 2 respuestas que hasta el momento tienen el potencial de ser las únicas viables:
- Cuando el Comandante se palme de muerte natural.
- Cuando veas que Bayardo Arce tuvo que vender su colección de Mini Coopers.
Yo, personalmente, creo que la primera es la verdadera respuesta definitiva. Pero como eso no hay manera de provocarlo (además, si no ha podido la Vieja Arrimada, ¿Qué esperanza tenemos nosotros?), vamos a tener que hacerle barra a la segunda.
Preparense muchachos, faltan algunos años todavía.
Buen análisis, coincido que lqs 2 opciones yltimas la 1era será el filo no del final porque no es garantía pero como en otros paises (Frabco en España o bien Stalin o Castro en Cuba) puede ser una continuación o el final. En ambos casos sangre correra.
Con tanto dinero que recibió la Alianza que esta bueno que estén presos aclaró los de la alianza ese dinero pa’su bolsillos una migajas para las madres de abril pero no se les ocurrió por que saben que siendo oposición ganan que no oponerse a nadie
Hacer lo que paso en Haiti o bien lo q le hicieron a Somoza esa era la inversión q debían hacer pero como son OPORTUNISTAS MUERTOS de hambre no lo hicieron
Lamentablemente esas son las unicas opciones que Diosito se apiade de nosotros y le mande a la pelona a traer al batracio mayor
Si oportunista es la palabra, una foto de Wlifredo debe aparecer.
Y entonces, qué vas a dejar en «Parásito»?