Estaba preparándome para escribir sobre cómo las elecciones presidenciales nos han convertido a todos los nicas en esquizofrénicos. Sabemos que son una farsa, pero tenemos que cumplir trámite. Aceptar que un criminal de lesa humanidad es candidato. Discutimos sobre reglas de debate, mecanismos para elegir candidatos, planes de gobierno, como si fueran unas elecciones normales. Son un espejismo de institucionalidad. ¿Qué tiene que pasar para verlo por lo que es, una mentira?
Bueno, si hacían falta más señales, esta tarde, en un despliegue inusitado de fuerza, el régimen de Daniel Ortega allanó la casa de Cristiana Chamorro para arrestarla. Vos haces planes, y la vida hace lo que quiere, rápido. O al menos, en Nicaragua, Masacrín hace lo que quiere. Y rápido.
Muestra de fuerza…¿o debilidad?
Cristiana Chamorro no es candidata electoral, aunque sí ha manifestado su interés por postularse a ese cargo. Las encuestas confirman su popularidad. El recuerdo del triunfo de su madre, Violeta Barrios de Chamorro, en las elecciones del 1989, le otorgan a su candidatura un aire de inevitabilidad. Con eso basta para que a los Masacrines se les active el stress postraumático de aquellos años en que no mandaban, y se ponen a hacer sus majaderías.
Decenas de policías, antimotines y paramilitares entraron a la fuerza en su casa de Carretera Sur. Casi al mismo tiempo, el 19 Digital, uno de los albañales del aparato de propaganda del régimen, publicó una nota de prensa con el texto de una orden de captura. Ni una nota periodística pueden escribir los muy boludos.
El (inexistente) caso contra Cristiana Chamorro
«¡Nadie está por encima de la ley!», croan los sapitos más cumplidores en las redes sociales. Pero claro, ese lindo sentimiento no se les despierta cuando se trata de investigar los más de 325 asesinatos cometidos durante la represión desatada por los Ortega Murillo contra las protestas de Abril 2018. Acuérdense, también mataron a niños y bebes. Bebes de brazos. Teyler Lorío iba en brazos de su madre cuando un paramilitar le disparó. ¿Vas a hacer de cuentas que eso no pasó?
– Croac-croac.
La «investigación» contra Chamorro es un claro ejemplo de como el dictador instrumentaliza a las instituciones para sus beneficio. Las acusaciones de «lavado de dinero» son espurias: los fondos venían de fuentes legales, fueron reportados a Cancillería y gobernación, se usaron para los fines que fueron concedidos, y los donantes hicieron sus auditorías y quedaron satisfechos con los resultados.
El proceso abierto contra Cristiana Chamorro no tienen que ser veraz para cumplir con el objetivo de fondo: inhibir a la posible candidata que más preocupa al régimen. Ya les platicaba aquí de como esto, además, le sirve para intimidar a la prensa independiente y la oposición en general. Y bueno, la investigación ni siquiera tiene que concluir, para que la inhibición de facto sea efectiva. La emisión de una orden de captura sucede apenas un día después de que Chamorro presenta una carta de intención ante CXL, apuntando a inscribirse como precandidata en el proceso iniciado por el partido.
El caso a favor (y en contra) de las «elecciones»
En el UBN (Universo Bacanalnica) tenemos varios meses de debatir alrededor de las elecciones. Déjenme decirles, ha sido todo un VIAJE. Yo partí del punto en que unas elecciones con Ortega, de entrada, eran ilegítimas, por que un criminal de lesa humanidad se lanzaba de candidato. Pero el argumento de que son una vía pacífica para deshacerse de él era (¿es?) bastante sustancial.
Cada día, cambio de opinión. O mas bien, cada minuto. Pero mi duda es inmaterial. Yo no voy a votar, porque al igual que 100 mil nicas más, estoy exiliado. Pero mi pregunta recurrente es válida: ¿Cuál es el punto de quiebre? ¿En qué momento las condiciones que Ortega define son inaceptables? Yo decía que no podían haber elecciones legítimas con presos políticos secuestrados en las cárceles. Pero no. El tren electoral seguía corriendo. El argumento es que aún en las peores condiciones, vamos a elecciones para que Ortega se ponga en evidencia al robarse las elecciones.
El juego de «la carrera del pollo»
Ahora, van a concederme la indulgencia de hablarles de una película vieja. No se aflijan, es a colores.
En la película «Rebelde sin Causa» (1955), dos pandillas de delincuentes juveniles juegan «la carrera del pollo»: dos carros compiten en velocidad hacia un acantilado. El primero en girar el timón para no irse al despeñadero es «el pollo», es decir, el cobarde. James Dean es «el chavalo» de la película. Si no sabes quien ese ese maje, sacá tu tablero de ouija y pregúntale a tu bisabuela.
Con las elecciones, Ortega tiene a la oposición jugando a la carrera del pollo, haciendo su cadena de barbaridades, retándolos a girar el timón primero para salirse de la ruta electoral. Si no compiten, es porque «le tienen miedo al Comandante». Pero claro, Ortega escoge el carro de la oposición. Mientras él va en su Mercedes, a sus contrincantes les da un Lada del ’81, con una llanta baja y gasolina de Petronic. Pase lo que pase, él «gana». Si la oposición se sale del carril electoral, tira la toalla y le dejan a Ortega la victoria en bandeja. Si sigue hasta el final, se van al despeñadero.
¿Los zancudos nacen, o se hacen?
El efecto secundario de llegar hasta el final de la aventura electoral, es la «zancudización» de la oposición. Saturnino Cerrato, pastor que lidera el defenestrado PRD, declaró cándidamente que había que considerar hasta a los partidos «zancudos» para ir a elecciones. Días después, se desentendió de la Coalición Nacional y solicitó al CSE la restitución de la personería jurídica del partido.
Si CXL llega al 7 de noviembre, y en lugar de ganar, queda como segunda fuerza – sea por designios de Ortega, vía fraude electoral, sea por conteo legítimo de votos – termina como bancada en un poder legislativo manchado por asociación al régimen.
El punto de quiebre
Cada maniobra de Ortega es una pregunta: «¿Todavía querés ir a elecciones?»…»¿Y ahora?¿Siempre querés ir a elecciones?
Creo que la remontada contra Cristiana Chamorro es un punto de quiebre. No sólo por el costo de imagen que el régimen esta pagando. Es claro que le vale sorbete lo que diga la comunidad internacional. También porque queda más claro que nunca, que si al final la oposición llega a tener un candidato único, será por claro designio del dictador. El «dedazo» enjoyado de los Ortega-Murillo incluso escoge a sus adversarios.
Mientras escribo esto, aún no sabemos de la suerte de Cristiana. La policía sigue rodeando su casa. Su familia no sabe de ella, ni de los familiares y personal que la acompañan. Periodistas, parientes y familiares de presos políticos que llegan a solidarizarse con ella, son agredidos por los antimotines.
Creo que no tenemos que esperar al día de la votaciones para poner en evidencia el fraude. El espejismo de Ortega se desvanece en el horizonte, ojalá que definitivamente. Ortega se va feliz al despeñadero, y se lleva en la valijera al país entero.
Desde hace tiempo decías que las elecciones son ilegítimas si Daniel Ortega está en ellas, pero también mostraste frustración en tu reporte especial sobre los detalles de la Unidad.