Regresamos a nuestro recetario, el que fue iniciado con aquel platillo minimalista llamado “Pitipua con bandera”. Lo de minimalista era, sobre todo, por el tamaño del ingrediente principal.
En esta ocasión nos vamos a poner mas gourmets, les traemos una receta única e irrepetible, aunque la haga mil veces. Veamos como se llega a saborear un plato de “Fe religiosa al vapor”.
Ingredientes:
- Mucha malicia, bastante maldad, toda la depravación que seas capaz de acumular como persona dedicada a la política. Si vas de buena gente por la vida, esta receta no es para vos, sal de este blog y ve a leer esta otra noticia en “El 19 genital”.
- También necesita, una expresión de la fe religiosa de esas a las que todo el mundo echa mano cuando la cosa se empieza a poner color hormiga, que es una mezcla a partes iguales de rojo y negro. Puede ser algo así como “la sangre de Cristo”.
- Vapores de alcohol. Lo ideal son esos vapores que trascienden de la humanidad de un picadito que está amaneciendo en su cuarto día de entrega total al guaro lija. Como un maje así es una delicia escasa en algunos entornos, puede sustituirlo por un poco de los vapores de alcohol que el Ciudadano Covid ha puesto de moda, tipo “alcohol isopropílico con una concentración del 96%” en un “atomizador color anaranjado MRS con blanco camisa del comandante”. No queda igual, pero se resuelve y de seguro explota.
- Una veladora. Este ingrediente es opcional, pero ayuda mucho para convencer a los descreídos de siempre y que te echarán en cara que es imposible cocinar semejante plato sin un buen fuego producido por unas tres rajas de leña o una bomba molotov.
- Cocina con aire acondicionado ajustado en “36.1 °C”. Lo siento, esta condición hace que creas que esta receta no es para pobres, medio pelos, o pelos y medio caídos en desgracias y viviendo arrimados donde la suegra. Pero siempre hay opciones: cualquier cocina puede ponerse a “36.1 °C” colgando de una de sus paredes una imagen de Gustavo Porras bien sudado … juro por mi santa madre, que eso no falla. Asegúrese de quitar la imagen al terminar la receta o pasará toda su vida cocinando a “36.1 °C” y soñando que sus frijoles se cuecen con los líquidos que salen del cuerpecito del ilustre chancho mayor.
Preparación:
- Asegúrese que la temperatura en su cocina está en “36.1 °C”. Si por pobre tiene que usar el cuadro de Gustavo Porras, lo puede poner de cabeza y esto hace que se alcance la temperatura indicada mas rápido … de nada.
- Tráguese toda la malicia, maldad y depravación que haya conseguido. Aguántese las ganas de vomitar como pueda, si se tiene que coser el gaznate con un alambre, ¡pues cósaselo!
- Aguante todo el tiempo que pueda con la malicia, maldad y depravación dentro de su cuerpecito. Evite salida de vapores lo mismo por arriba que por abajo. Si se tiene que coser “el de arriba” y “el de abajo”, ¡pues cósaselos!
- Cuando ya no pueda más, aspire los vapores de alcohol poniendo su nariz lo más cerca posible de la humanidad del picadito amanecido. Si lo hace en zonas estratégicas, como sobacos peludos, la receta puede estar más rápido. Si lo que Ud. consiguió fue el mísero contenedor con “alcohol isopropílico con una concentración del 96%”, pues le toca aspirar los vapores que salgan por la entrada del envase y poner a volar su imaginación para creer que está metiendo la nariz en la humanidad del picadito que no está a su alcance por pobre.
- En este punto, deje salir todo lo que lleva dentro, y verá como la “la sangre de Cristo”, o la expresión de fe religiosa que haya elegido, arde con la combinación de malicia, maldad, depravación y de vapores de alcohol que se elevan a una temperatura de “36.1 °C”. A ese proceso se le llama “solvatación”, pero la inmensa mayoría no esta preparada para entenderlo y aceptarlo.
- ¿Y la veladora? Esa es solo adorno, y para tranquilizar a los infaltables expertos en química que van a salir con el cuecho de que esta receta solo se podía hacer con una molotov.
Sugerencia de degustación:
Saboree su plato en los peores momentos de su vida, en aquellos donde ni Ud. mismo se quiere, le hará sentir importante, en control de todo, y disfrutará viendo a la policía tratando de dar explicaciones científicas donde no las hay.
Acompañe su plato de “Fe religiosa al vapor” con una copa de chicha bruja, solo una copita, porque si se embola y se va de lengua puede haber gente que le agarre la idea e invente un nuevo plato: “Fe política al vapor” … y esto si puede ser un problema.
! Buen provecho!
Leave a Comment