Yo, al igual que ustedes, tengo amigos y parientes que trabajan en el Estado. Por supuesto que les toca rotondear, firmar papeles y de vez en cuando bailar el Komandante Zekeda. Es triste, indigno y reprochable, pero como siempre me dicen ¿Vos me vas a ayudar a mantener a mis hijos o a pagar la deuda?
Pues no mucho, porque como los 4 lectores todavía no pagan por leer Bacanalnica y mi apellido no es Chamorro, mejor opto por respetar sus situaciones socio-económicas.
También conozco gente que además de trabajar en el Estado, por sus venas corre sangre semi-batracia. Es esa gente que busca en el Canal 4 una justificación para creer que Masacrín no es tan malo. O por lo menos, la vieja confiable, «los azul y blanco tampoco son angelitos». Esta gente la mantengo a una distancia prudencial, pero tampoco les he cortado el habla.
Mi regla de oro para el reino batracio
En estas relaciones yo me rijo por una regla de oro: si vos no anduviste montado en una Hilux ayudando a limpiar asesinar gente o no abusaste de las leyes para encarcelar a nuestros hermanos o no sos torturador del Chipote, probablemente nos sigamos hablando después de todo esto.
Eso no significa que se me va a olvidar tu papel en esta dictadura o que voy a dejar pasar cualquier oportunidad que surja para recordartelo. Al contrario, tipo los chavalos de secundaria cuando son feos y palmados, no vas a aguantar todas las cartas de amor que te voy a escribir.
Pero créeme que no te quiero ver muerto, o preso por gusto.
Porque hay dos tipos de batracios
El problema es que en el reino batracio, los pensantes, con sentido común y que no están dispuestos a matar por Daniel «El Masacrador de niños» Ortega, son minoría. O por lo menos, eso es lo que se percibe desde las afueras del FSLN.
Miren este video de un señor sandinista cualquiera, que lo único que le critica a su partido es que no sean más asesinos:
«A los de 100% Noticias yo les hubiera arrancado la cabeza a balazos».
Solo pensar que ahí donde esta perla del sandinismo se va a echar «unas 6 cervezas», yo llevé alguna vez a mis tripuditas a jugar y pasear.
Entonces hay dos tipos de batracios, los que son vivos y cómodos, pero no asesinos. Y los que son todas las anteriores. De este segundo grupo salen las turbas, los paramilitares, los policías, los jueces que reparten sentencias de terrorismo y los genios de UNEN.
A esos yo les tengo miedo. Porque no es gente con la que podes razonar. Incluso después de la inevitable partida de Masacrín a Venezuela, esa gente se va a quedar en Nicaragua, resentida, traicionada, sin su razón de ser.
No niño, todo es táctica política para meter miedo
Ya quisieramos en Nicaragua tener un FSLN con tácticas políticas. Más de 500 personas estarían vivas ahorita. Pero no, el Frente Sandinista es 10% política y 90% violencia. Eden Pastora vive sacando pecho con eso, porque para él eso es un valor revolucionario que debe cultivarse.
No estoy bromeando. Lamentablemente.
¿Se imaginan cómo habrá sido la niñez de este individuo?
Masacrín y su mujer, por otro lado, normalmente lo ocultan. Usan ese lenguaje batracio que al suave hemos venido traduciendo estos meses (pueden leer el Glosario de ayer).
Donde nosotros oímos paz y reconciliación, sus batracios oyen otra cosa y la experiencia nos dice que no hay que tomárselo a la ligera. En dos palabras te lo resumo: Carlos Guadamuz.
Hoy por la tarde escuchamos la noticia que «una mujer» le había echado ácido sulfúrico a un padrecito en la catedral de Managua. A ver, que levanten la mano todos los que pensaron que había sido una fanática de Daniel Ortega para caer en gracia con su comandante. Yo la verdad hasta estaba esperando que echaran preso al padre, por meter las manos muy violentamente cuando le estaba cayendo el ácido en la cara.
El arreglo es que no vas preso
Como dijo el señor del video, que si le cumplía la promesa a su ídolo de ir a repartir paz a los obispos y a 100% Noticias, «me respalda el Frente pues soy sandinista».
Al asesino de Carlos Guadamuz lo liberaron a los 4 años, porque le dio mucho stress estar en la cárcel. Como todos saben, al de las Jagüitas más bien lo ascendieron.
¿Será que Daniel Ortega se lo lleve a Venezuela con toda su familia? ¿O lo deje aquí tirado sin posiblidad a ser policía nunca más y odiando a toda Nicaragua?
¿Qué crees vos?
Efectivamente, se que debén de existir miles y miles de trabajadores del estado que no apoyán en lo absoluto el actuar de ortega, personalmente conózco a algunos de la alcaldia de mi municipio que preguntan, ok, si renúncio por un asunto de conciensia ¿donde encontraria trabajo a lo inmediato?, pues los chigüines y la Sra.de la pulperia no seria tan comprensible con este asunto de conciensia. Debe ser dificil estar en esos dilemas, como el brother periodista del canal 4 y la señora del BCN que renunciarón por asunto de consiencia, dignidad, a estas personas no les sera fasil regresar a su pais, por aquello de «TRAIDOR». El maje del video, me da la impresion que nunca a «volado bala» y quizas tampoco andubo en esa masacradera llamda eufemisticamente «operacion limpieza». Pues, generalmente, tipos como ese que anduvieron en la «zona caliente» en los 80′ se ufanán de eso, pero este no lo hizo y parece que tambien se quédo con las ganas de andar en la matancina.
Estimado, mí parecer es que no hay dos tipos de batracios, todos son los mimos. Minpapa decía: «tan culpable es el que mata la vaca, como el que le agarra la pata» y esos que están calladitos están agarrando la pata!!!!
Me gusta la forma de explicar los sucesos, prefiero mil veces leer tus notas que la de los periódicos. Todas esas personas tienen problemas mentales. Y como tu lo dices, lamentablemente todos los sandinistas pueden hacer lo que quieran y siempre tendrán el respaldo de todos esos ineptos.
Saludos Bacanalnica; normalmente no comento los escasos errores ortográficos o de «teipeo»; pero considerando que te referís a tus bebés, urge corregir donde quisiste decir tripuditas.
Mi descendencia agradece tu buen ojo. Ya corregido
Debe ser dificil para muchos hermanos trabajadores del estado, ser empleados de las diferentes instituciones en estas circunstancias. Como trabajador independiente de empresa pública o privada, no me gustaria estar en sus zapatos. EMPATIA.