Hoy vamos a hablar de un tema sumamente delicado. Por favor, tómenlo con seriedad y no nos hagan bullying si por ignorancia decimos algo que no sea fashion o poético, no somos tan expertos como ustedes.
Resulta que mientras vos y yo hemos estado ocupados con el bochinche de Pricesmart, hay gente mucho más seria que ha estado discutiendo los asuntos verdaderamente trascendentales para la estabilidad socio-económica del país. Estamos hablando específicamente de poetas y diseñadores de moda.
El inicio del debate (de altura)
Todo empezó cuando el fotógrafo profesional Jorge Paniagua publicó esta foto en Instagram de la modelo Yasoda Delmelle, con un numerito bien risque del último grito de la moda urbana-étnica:
https://www.instagram.com/p/BZ_k33ShxV0
Debo decir que más allá del canasto rojo en la cabeza, la camisa de cortina de baño o el short de forro de tablero de taxi, es la cara de la modelo lo que me hace sentir … cosas. No es alegría, ni inspiración lo que me produce. Es … compunción. Es decir, me siento compungido, me dan ganas de subirme a la pasarela y ayudarle a la muchacha a salir de esa situación. Me es evidente que no lo está disfrutando.
Alguien con más sensibilidad que yo, sintió cosas totalmente diferentes:
El joven poeta, Jorge Campos, piensa ésto sobre el diseño:
Mientrás allá afuera miles de personas han quedado sin nada, aquí en Managua, desde una pasarela de lujo y «glamour», quieren vender la idea hipócrita de visibilizar a mujeres que no tienen una vida privilegiada, por supuesto que lo hacen personas amantes de los reflectores, desde una vida cómoda.
En otras palabras, no le va a dedicar un poema al diseñador o a Nicaragua Diseña.
La publicación de Jorge, sirvió además para que otros pensadores se desahogaran y expresaran sus reservas sobre el accesorio. Marian Pérez (quien hace años trabajó en Bacanalnica, full disclosure) aprovechó para hacer la siguiente crítica constructiva:
Qué nivel de retraso mental, cultural, intelectual, sentimental, de coherencia… a la gran puta! Si es un gran combo de mierda, mediocridad e idolatría barata. Ya valimos verga los nicaragüenses… Y lo siento, pero ND es el capricho de la niña berrinchuda y de los «amigos» que la rodean. Son contadas con las manos, las personas que realmente tienen creatividad. Ojalá y el puto Gobierno, realizara este tipo de eventos gigantescos y de glamour (refiriéndome al dinero invertido) en la gente que se turquea día a día en la tierra para que todos nosotros, o los que tienen la dicha y no les han arrebatado ese derecho, de tener un maldito plato con comida!!! Malditos incongruentes! Y sí! MaLdIToS!!!!! Hipócritas y serviles. Vayan a timar a otros… Homenaje, creatividad!! Y quién verga es esta bestia!!!!
Interesante, interesante. Los diseñadores de moda, tengo entendido, leen con entusiasmo las críticas de sus fans. Estoy seguro que gozarán con los puntos que introduce Marían a la discusión sobre las tendencias de este Otoño en Nicaragua.
La opinión más fashion forward de la discusión fue a cargo de Alexa Morales, quien dijo:
Ojalá les diseñarán algo como mejor salario, mejores horarios, mejoras para atención en salud pero ñeh, prioridades.
Sería soberbio ver esta tendencia para la colección de invierno en diciembre. Vos sabes, tipo aguinaldo.
Estamos como en Guatemala
Hace unos meses en Guatemala se dio un caso parecido, cuando los altos modistos de ese país quisieron hacer tendencia con las mujeres indígenas y su vestimenta. La foto de Look Magazine que desató el bochinche:
Si se fijan las mujeres indígenas son el fondo de la foto, incluso atrás de las letras de la revista. Eso es porque se trata de resaltar las raíces indígenas del pueblo guatemalteco y todos sabemos que lo que se pone de fondo, es lo que se pretende resaltar. Verdad?
La autora maya Sandra Xinico Batz opinó al respecto:
La revista Look Magazine cambió su portada y pidió disculpas por lo que definieron un “error” cometido. En la nueva portada aparece Francesca Kennedy, quien viste parte de lo que define su “moda artesanal”, pero no hace más que convertir en vestido un güipil (q’anjob’al de Soloma) y en cincho una faja (kaqchikel de Patzún) dejando claro la apropiación de nuestra indumentaria al adjudicarse una autoría que no le pertenece. Esto también es racismo. Racismo que roba y explota el trabajo de los pueblos.
Lamentablemente no comentó nada sobre los accesorios, especialmente esos aretes divinos que están tan «In» en esta temporada.
Lo demás no tiene precio para la idiotez ahí está nica desing
Me recuerda a la ropa que se usaba antiguamente en nicaragua signo de cultura y pasion